Pablo Machín no esta consiguiendo adaptar sus ideas al juego del Deportivo Alavés lo que les está hundiendo en la clasificación
Pablo Machín venía de demostrar al fútbol nacional lo que podía hacer después de unas muy buenas temporadas con el Girona. En el conjunto catalán logró el ascenso a la máxima categoría llevando a cabo un juego muy característico. Su buen hacer, y el descenso a Segunda División de los gironís propició su fichaje por el Sevilla FC. Con los nervionenses acumularía 50 partidos, sin embargo no terminó de encontrarse y fue destituido en el mes de marzo. Comenzaría la nueva temporada de la mano del RCD Espanyol, donde después de 15 partidos sería de nuevo destituido.
El preparador soriano llegaba al Deportivo Alavés como salvación, después de una temporada en la que no consiguieron brillar. Asier Garitano comenzó la temporada, sin embargo fue destituido en el mes de julio y sustituido por Juan Ramón López Muñiz. Ninguno de los dos consiguió generar ni ilusión ni un proyecto en el que confiar, por lo que Pablo Machín contaba con una bala extra. Llegaba al club babazorro y generaba una ilusión especial prácticamente desde su desembarco en Vitoria. El club tendría una idea de juego y un estilo marcado, que además parecía poder funcionar.
Nada más lejos de la realidad, Machín no ha conseguido adaptar sus ideas al juego del equipo y poco a poco ha comenzado a hundirse en la clasificación. El club blanquiazul inició la temporada con una derrota en casa frente al Real Betis por 0-1. Los vitorianos no conseguirían la victoria hasta la jornada 5 en el partido en el que se enfrentaron al Athletic Club. Desde entonces no volvería a ver puerta consiguiendo un empate a 0 frente a Osasuna, y una derrota por 0-2 frente al Elche. Estos resultados han condenado al club vasco a estar continuamente en los puestos de descenso.
Juego pobre y poco ilusionante
Para colmo, lo peor del equipo no son sus resultados, si no el juego y las sensaciones que transmiten. Un juego pobre con una fragilidad defensiva fuera de lo común y con una pobre llegada al área rival. Y es que el club babazorro ha perdido también el rendimiento de los jugadores que le dieron la salvación la campaña pasada. El club sobrevivió gracias a los más de 20 tantos de su dupla atacante, formada por Lucas Pérez y Joselu. Sin embargo, no han conseguido adaptarse al nuevo estilo, después de venir de uno completamente distinto con el que si funcionaban. La pareja de delanteros rendía a un gran nivel y se compenetraban con un (1)-4-4-2, es por eso que no se encuentran en el (1)-3-4-1-2. Machín debe reaccionar ya y realizar los cambios pertinentes para sacar al club de esta situación.