El Hamburgo es uno de los históricos de la Bundesliga, pero hace unos años se produjo un hito histórico con su descenso
La primera vuelta (19 agosto-15 diciembre)
El Hamburgo empezó la temporada con un claro objetivo: la permanencia. La plantilla no daba para más, y no era un equipo del que se esperase mucho más. Las estrellas de la plantilla como Pollersbeck, Douglas, Papadopoulos, Holtby, Hunt, Ekdal, Arp, Kostic o Ito debían sostener a un club que en los últimos años poseía una relación tóxica con el descenso, salvándose (a veces de manera inexplicable) temporada tras temporada. Quien juega con fuego se termina quemando, y eso es lo que le pasó al “Dinosaurier”.
Empezó la nueva campaña siendo dirigido por Markus Gisdol, (renovado tras salvar al equipo), quien en las dos primeras jornadas empezó con paso firme, colocando al club en puestos Champions. En la novena jornada cayó al puesto de promoción de descenso, y acabó la primera vuelta en puestos de descenso, situándose por primera vez en esta zona en la jornada 17.
El balance del club en los primeros 17 partidos fue muy pobre, con 10 partidos perdidos, 4 ganados y 3 empatados, dejando al club en una timorata situación con sólo 15 puntos de 51 posibles, por lo que el horror ya se veía venir en cierta sección de la afición hanseática.
Segunda vuelta (13 de enero-12 de mayo)
Destitución de Gisdol, (21 de enero)
Tras volver de vacaciones, el club hamburgués se enfrenta al Augsburgo fuera de casa en la jornada 18, la primera jornada de la segunda vuelta. El equipo local gana 1-0 y ahonda más la crisis del único club que no había descendido. La paciencia de la directiva se vio sobrepasada con una nueva derrota por 0-2 contra el Colonia el día 20 de enero.
Al día siguiente, el club oficializa la destitución de su entrenador tras más de un año en el cargo, por no haber conseguido revertir la situación del club, cada vez más hundido.
Etapa de Bernd Hollerbach (21 de enero-12 de marzo)
El mismo día, contrataron a Bernd Hollerbach, para tratar de enderezar al equipo. El nuevo entrenador duró hasta marzo, cuando la situación, ya desesperada, obligó al club a volver a cambiar de entrenador, para tratar de aferrarse a un clavo ardiendo.
Etapa de Christian Titz, (12 de marzo-12 de mayo)
Antes de nada, cabe destacar que la etapa completa del entrenador acabó en octubre, pero al consumarse el descenso del club en mayo, su etapa en la Bundesliga concluyó de la misma manera. El entrenador estuvo al mando dos meses y apenas pudo resucitar a un club que ya desde diciembre estaba muerto, aunque las matemáticas dijesen lo contrario.
El club se hundió con Titz en la orilla, quedándose a dos puntos del partido de permanencia, el cual jugaría el Wolfsburgo. El último partido del Hamburgo hasta la fecha en Bundesliga fue una victoria por 2-1 ante el Gladbach, la cual no sirvió de nada porque el Wolfsburgo hizo sus deberes. Ambos entrenadores conseguirían enderezar algo el barco, pero nunca consiguieron salvarlo del hundimiento. El balance del equipo en la segunda vuelta fue de 9 partidos perdidos, 4 victorias y 4 empates, consiguiendo 16 puntos, haciendo un total de 31 puntos.
El contexto externo del descenso: Reacción de los aficionados
Los jugadores del Hamburgo sufrieron amenazas por parte de su afición, harta de los malos resultados y de la pésima imagen otorgada por el club en sus diversos compromisos deportivos. Les amenazaron con un cartel rezando lo siguiente: “Antes de que se apague el reloj, os cazaremos por la ciudad.”, como muestra de presión hacia la poca capacidad de reacción del conjunto del rombo.
El equipo seguía sin reaccionar, y los aficionados optaron por plantar once cruces negras junto a un cartel realmente tétrico: “Ha llegado vuestra hora, no podéis escapar”. El suceso necesitó intervención policial y nunca se concretó quiénes fueron los culpables del deleznable hecho.
Pero la cosa no quedó ahí, y los aficionados más radicales se manifestaron dentro del propio estadio, incendiando parte del mismo, tras confirmarse el descenso. Mientras los jugadores se retiraban cabizbajos al vestuario, los ultras se ocuparon de llenar de bengalas el césped, surgiendo un gran incendio, mientras el resto de la afición lloraba, resignada y dolida, ante el futuro de su equipo, aplaudiéndoles por representar a su equipo y haber luchado hasta el final.
El mito del reloj
El Hamburgo posee en su estadio un reloj que sirvió de modelo a Boca Juniors. Este dispositivo digital contaba el tiempo que el club llevaba en la primera división, por lo que se apagaría el día que esto dejase de suceder. Cuando se apagó, el Hamburgo llevaba 54 años, 261 días, 0 horas, 31 minutos y 21 segundos. Es triste que un reloj tan legendario nunca volverá a encenderse de nuevo y ya sólo sirva de adorno.