La imagen dada en los minutos finales ante el Sevilla invita al aficionado rojiblanco a creer en que un cambio de rumbo aún es posible
La victoria obtenida el pasado sábado por parte de los leones ante el Sevilla FC supuso una llamada a la esperanza en este proyecto. Después de varias semanas en las que el puesto de Garitano al frente del equipo estuvo más que en entredicho, el Athletic consiguió zafarse de todos los cantos de sirena externos al vestuario y dejar una última media hora del partido de las que no se recordaban en los últimos tiempos. Si bien el equipo hispalense no llegó a Bilbao en su mejor momento, no hay que desmerecer la actitud de un equipo que supo esperar su ocasión y sorprender en cuanto la encontró.
Después de una primera parte en la que el equipo mostró su imagen habitual (es decir, con pocas ideas en la faceta ofensiva) y se marchó a vestuarios con el marcador desfavorable (0-1), la segunda parte, y sobre todo, los cambios, resultaron todo un acierto digno de valorar. Para empezar, las frecuentes internadas mediante sus laterales se realizaron de una manera bastante más coherente, en comparación con las de las últimas jornadas.
Además, se pudo ver una mejor versión del equipo atacando el carril central. Con Muniain y Sancet en el campo, el Athletic supo interpretar qué vías atacar y de qué manera para conseguir, como poco, el empate. Precisamente, los dos últimos mencionados fueron los protagonistas de la remontada. Primero, fue Muniain quien grabó su nombre en el duelo. El navarro restableció las tablas el 75′, rematando en el segundo palo un balón peinado por Mikel Vesga. Un tanto importantísimo para el capitán, foco de varias críticas en este principio de temporada.
Once minutos más tarde, fue Oihan Sancet quien encontró el camino hacia el gol cuando apenas acababa de ingresar al césped. El primer balón que le llegó fue un caramelo desde la banda izquierda enviado por Williams, el cual agradeció de la mejor manera. Es decir, enviándolo al fondo de la red.
Oihan Sancet, celebrando el 2-1. Fuente: Twitter @AthleticClub
En conclusión, fueron tres puntos importantísimos tanto en lo material como en lo anímico. No solo sirven para alejar los fantasmas del descenso, sino también para reivindicar una plantilla de la que se pueden esperar grandes cosas. Eso sí, para ello, Garitano tendrá que seguir apostando por dar más oportunidades a aquellos que, sin duda, son capaces de marcar la diferencia en campo contrario.