El Barça y el Madrid recordaran a Laudrup a la vez que esas dos manitas en el Camp Nou que propició el danés, uno de los grandes de la década
Si bien Michael Laudrup comenzó a destacar a finales de los años 80, fue con su llegada al cuadro blaugrana cuando se consagró. Nos deleitó con su gran calidad y con sus maravillosas asistencias en ese Dream Team de Cruyff, con el que ganó cuatro Ligas y una Champions. Pero la cosa no se acabó así, tras una salida trastabillada, se reservó un año para brillar con el eterno rival, el Real Madrid. Dejó dos clásicos inolvidables para ambas aficiones y tan solo le quedó una nota pendiente en su carrera, la Eurocopa del 92 con su Dinamarca.
El billete a Italia para dar el salto
Michael Laudrup empezó a destacar como futbolista en las filas del Brondby y no tardó en debutar con la selección absoluta de Dinamarca, justo en el día que cumplía 18 años. Llamó la atención de la Lazio, y se inició en su primera aventura fuera de su país. Tras dos años en el cuadro biancocelesti, una grande de Italia le cazó. Este equipo fue la Juventus. Laudrup era un centrocampista con mucha calidad, i el conjunto de la Vecchia Signora no quiso perder la oportunidad de ficharle.
Laudrup formaría equipo con jugadores de la talla de Michel Platini, Paolo Rossi o Zbigniew Boniek, y en esa primera temporada, la 1984/85 consiguieron ganar la Copa Intercontinental ante Argentinos Juniors. Tras un año muy positivo del danés, las lesiones le complicaron y el nombre que se había ganado estaba en peligro. Dejó tres años muy irregulares por culpa de los problemas físicos, pero aun así obtuvo la llamada de un Barcelona que quería empezar un proyecto ambicioso de la mano de Johan Cruyff, y vaya si lo fue.
La era del Dream Team
En 1989 ficharía por el Barça por petición del técnico neerlandés. A partir de ese momento Laudrup consiguió relanzar su carrera y vivió sus mejores años sobre el terreno de juego. Fueron cinco años en los que el Barcelona consiguió ganar la Copa de Europa de 1992 gracias al famoso gol de Koeman en Wembley, además de cuatro ligas consecutivas, un hecho inigualable. Laudrup fue uno de los pilares fundamentales en esa plantilla, además de ser uno de los tres extranjeros de aquel equipo. El mismo Ronald Koeman y Hristo Stoichkov fueron los otros dos.
Fuente: Sport
Ese Barcelona consiguió dar un paso al frente en una España dominada por el Real Madrid. Se ganaron clásicos y además tres de esas ligas levantadas fueron en la última jornada por los pinchazos inesperados del cuadro merengue. Tenerife en dos ocasiones y el Deportivo fueron los cómplices blaugranas que ayudaron a hacer historia.
Todo cambió en 1993, con la llegada de Romario al plantel de Cruyff. La estrella brasileña era el cuarto extranjero del equipo, pero no podían jugar los cuatro a la vez, y el mayor damnificado fue Laudrup. No en la Liga, donde de los cuatro fue el que más minutos disputó y además dejó una gran actuación en un Clásico ante el Real Madrid. El Barça ganaría 5-0 en el Camp Nou, con un partido donde Laudrup, entrando desde el banquillo, dejaría una exhibición de asistencias y se compenetraría a la perfección con Romario, que marcó un hat-trick.
Fuente: Marca
En la Champions la cosa fue muy distinta, y sobre todo en la final de Atenas. Laudrup no fue convocado, y además de la dura derrota, supuso el fin de la etapa del danés en can Barça. Durante ese año su relación con Cruyff ya se estaba enfriando debido a rumores y filtraciones de su posible fichaje por el Real Madrid. Al técnico no le gustó nada oír esas voces, y decidió relegarle y darle descanso en las citas internacionales. Laudrup, decepcionado con directiva y entrenador, hizo buenos los rumores, y acabó fichando por el eterno rival por una cifra económica muy altas, de 400 millones por temporada.
Laudrup vestido de blanco
En verano de 1994 se hacía oficial su fichaje por el Real Madrid. No renovó con el club blaugrana, y llegaba a las filas de Valdano como uno de los jugadores del momento. En su primera temporada como blanco sería clave para ganar la Liga con un Barcelona que ya no era el mismo. Paco Buyo, Zamorano, Luis Enrique y el joven Raúl González lideraban un equipo que además dejó una goleada por 0-5 en el Camp Nou tras una exhibición del danés. Laudrup fue recibido con pitos, pero dejó un partidazo junto al chileno Zamorano, que marcó un hat-trick.
Fuente: Vice
La temporada 1994/95 fue conocida como la liga de Laudrup. A sus 30 años tenía mucho futbol por dar, y en ese año no decepcionó. Eso sí, para el curso 1995/96, el Madrid sufrió muchos problemas, empezando con los cambios en el banquillo. Fue una temporada muy larga (la edición con 22 equipos en la Liga), y la última de Laudrup en el fútbol español. Terminaba contrato y primero se marchó a Japón con el Vissel Kobe, y más adelante jugaría para el Ajax, hasta su retiro en 1998.
Su deuda con Dinamarca
Lo único que le faltó a Laudrup fue esa Eurocopa de 1992. Dinamarca no clasificó, pero debido a la Guerra de los Balcanes y la desfragmentación de Yugoslavia, los daneses ocuparon la plaza de los eslavos del sur. Poco antes Michael había renunciado al combinado nacional por sus diferencias con el técnico Nielsen, por lo que la dinamita danesa llegaba a Suecia sin su principal estrella. Aun así consiguieron llegar a la final y ganar de forma histórica ante Alemania.
Fuente: ESPN
Pese a eso, Michael ha seguido siendo el mejor jugador de la historia de Dinamarca. Ahora pero tiene nuevos retos por delante. Tras retirarse en el Ajax empezó su camino desde el banquillo, y con ello regresó a España para dirigir primero a Getafe y más adelante a Mallorca. Un Laudrup que parece haber hecho las paces con el cuadro blaugrana. Los culés no pueden olvidar que fue uno de los grandes jugadores de la mejor era del club. Será más recordado por lo que hizo como jugador del club, más que por irse al eterno rival, no como en otros casos que también tocará analizar en un futuro.