El PSG despidió ayer a su ya ex entrenador, el alemán Thomas Tuchel, con la incógnita de los verdaderos motivos sobre su marcha
El Paris Saint-Germain despidió a Thomas Tuchel, entrenador del club francés desde 2018, ayer, 24 de diciembre de 2020, día de Nochebuena. La noticia de la destitución del técnico alemán cogió por sorpresa a propios y extraños. El bombazo desde París llegó hasta la mismísima Argentina, donde Mauricio Pocchettino se perfila como sucesor de Tuchel al frente del cuadro francés. Pero detrás de este despido fortuito se encuentra una verdad lejana a los meros resultados deportivos.
Lo cierto es que la racha, sea buena o mala, del equipo parisino tiene poco que ver en la decisión del director deportivo, Leonardo, de despedir a Thomas Tuchel. Hay que recordar que el PSG es 3º en la tabla de la Ligue 1, solo un punto por debajo de Olympique de Lyon y Lille. A pesar de no liderar la liga nacional, el equipo ya se encuentra en los octavos de final de la UEFA Champions League, emparejados con el FC Barcelona en una eliminatoria que traerá malos recuerdos a la capital gala. Pero hay algo más detrás del despido del entrenador que llevó al club a su primera final europea de la historia. Algo que sólo él y la directiva parisina conocen con certeza, pero que los medios han podido saber con más o menos acierto.
Y es que la destitución del técnico la propició la mala relación entre Tuchel y las altas esferas del club. La relación Nasser Al-Khelaifi – Leonardo – Tuchel estaba podrida y sentenciada desde hace tiempo, de hecho la marcha del alemán se hizo de rogar, pero la trascendencia y el momento de la decisión han causado desconcierto en el mundo del fútbol.
Un embrollo cocinado a fuego lento
El lío con la directiva viene de lejos, desde los tiempos de los enfrentamientos internos con la plantilla. Desde los encontronazos con Kylian Mbappé, pasando por la disputa por un penalti entre Cavani y Neymar, hasta desafiar al director deportivo por el no fichaje de Idrissa Gueye por el club (vendría un año más tarde de lo solicitado). Todo aquello, en momentos críticos para el club, fue erosionando su relación con el jeque y con Leonardo, pieza principal en los fichajes. Los continuos “choques” con el director deportivo, que antes de la final a 8 de Lisboa de este mismo año llegó a contactar con Massimiliano Allegri para sustituir a Tuchel, fueron gestando la decisión de echarlo.
Por si no fuera poco, el alemán también tuvo sus más y sus menos con futbolistas y aficionados. Antes de la citada final en Lisboa de 2020, los fans parisinos, descontentos con la imagen del equipo, querían fuera al ex técnico de Borussia Dortmund. Dentro del vestuario también tuvo que lidiar con una de las máximas figuras de la entidad, Kylian Mbappé. El joven futbolista francés se sintió infravalorado por su entrenador tras varias sustituciones consecutivas y supuestos “tratos diferenciales” con respecto a las demás estrellas del equipo. Aún así, el ganador del Mundial de 2018 despidió con cariño a su ya ex entrenador vía Instagram: “Nadie olvidará tu paso aquí. Escribiste una bonita historia en las páginas de este club, gracias entrenador”.
La entrevista que hizo rodar su cabeza
Pero sin duda, el detonante que le abrió las puertas de salida del Parc des Princes a Thomas Tuchel fueron sus declaraciones para Sport1 del pasado martes 23 de diciembre. El alemán, tras la victoria del PSG por 4-0 ante Estrasburgo, dejó alguna que otra ‘pullita’ para sus ya antiguos jefes: “Faltaba un partido para ganar la Champions League y nunca tuvimos la sensación de que habíamos convencido a la gente y que reconocían nuestro trabajo”. “Creo que lo que me convirtió en entrenador lo puedo encontrar en cualquier parte. Cualquier lugar donde haya medio espacio para hacer ejercicio y un reproductor de DVD para hacer vídeos me sirve”, respondió al ser preguntado sobre su futuro en el club, añadiendo que la Liga de Campeones vuelve a un entrenador “adicto” a los grandes equipos.
Por el momento, Tuchel se queda sin equipo y sin uno de los mejores cruces de esta edición de la UEFA Champions League. Su despido lo manda directo a la lista de entrenadores de talla mundial sin club, y pone a temblar a más de un banquillo de Europa.