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Patología de una zaga

El Barcelona sobrevive en zona defensiva a base de destellos, rachas y funambulismos

El empate a 2 contra el irregular Valencia de Javi Gracia en el Camp Nou bajó a los infiernos la zaga azulgrana, pero el espectacular choque contra el Valladolid lo pone en reflote y mantiene un halo ilusionante en el club. ¿Qué ocurre en Can Barça?

La pregunta está echada y la respuesta a la espera. El FC Barcelona hace y se deshace vertiginosamente en posiciones defensivas, presentando un cuadro futbolístico inquietante. Jugadores como Lenglet o Umtiti hacen una de cal y otra de arena, y son los Mingueza o Araújo los que sujetan a veces con su endeble experiencia la zaga de todo un FC Barcelona.

Hoy someteremos uno a uno a una pequeña radiografía, muy necesaria, para poder detectar una patología que hace estragos intermitentemente en el Camp Nou.

Ter Stegen: los milagros no bastan

El portero teutón sigue siendo, un año más, el talismán defensivo del Barça. Ajeno a cualquier tipo patología, el cancerbero sigue a lo suyo. Paradas espectaculares e inéditas son la nota que sujeta la sinfonía defensiva y rescatan a un equipo que podría ver reflejado en el marcador más goles en su contra. Y aún así, su enorme fiabilidad se ve empañada.

Los naufragios en materia de contención son demasiado abundantes para poder tapar todos los agujeros estructurales. Las pifias de Lenglet, la marca inconsistente de Mingueza (propia de su juventud) y la interrogante que presenta Umtiti no ayudan nada al rendimiento del alemán.

Por lo demás, es santo y seña del club; se presenta como un muy probable capitán y el líder de los tiempos que vienen, que no son fáciles. Se le necesita como agua de mayo.

Lenglet: tropiezos caros

La fiabilidad del central galo desde que aterrizó en el Camp Nou es incontestable. Al lado de Piqué, ahora lesionado, ha ido creciendo y consolidándose como uno de los centrales más fiables del planeta fútbol. Hasta esta temporada.

La falta del catalán, fuera de combate para largo, se ha vuelto muy notoria. A su lado el galo es de los mejores en su posición, pero sin él se pierde en un mar de inconsistencia, alternando muy buenos partidos con algunos terribles. Sus errores de juvenil le han costado muy caro al Barça. El mejor ejemplo se vio en Cádiz y el gol de Negredo, fruto de un desbarajuste impropio de un jugador de su nivel, y que acabó propiciando una derrota tan dura como inesperada.

Llamado a liderar la zaga azulgrana con la falta de Gerard Piqué, hoy el francés vive al filo de un limbo que no le va bien ni a él ni al conjunto blaugrana. Veremos cómo evoluciona, pero por el momento ha suspendido su trimestre -pese su buen hacer en Valladolid- y deberá demostrar que su partidazo en Pucela no es un espejismo.

Mingueza: el vértigo de la responsabilidad

Lo del jovencísimo central de Santa Perpetua de Moguda es una historia impactante. Empezó el año como cuarto central en el filial, y la plaga de lesiones le ha acabado abriendo las puertas del primer equipo. Sus 21 años son señal de crecimiento y promesa, pero también de desconcierto.

Ha impresionado su buen rendimiento (para haber aparecido de la nada), pero se ha dejado notar su poca experiencia en la élite. El haberle dado los mandos de ser central titular en el Barça en tan poco tiempo da vértigo. Su talento y físico no tapan ese hecho, y el partido ante el Valencia se dejó entrever -gol accidento de Diakhaby inclusive-, aunque en el nuevo José Zorrilla demostró porque debe Koeman tenerlo muy en cuenta.

¿Es central para el Barça? Sí. ¿Le falta rodaje? También. El tiempo le pondrá la experiencia, pero actualmente es algo que no le sobran a los culés precisamente. Ver su evolución es un deber obligado en el club, ya que el talento está ahí y ya se ha dejado ver.

Umtiti: el gran interrogante

Muy lejos quedan los tiempos en los cuales Samuel Umtiti llegó a ser considerado entre muchos el mejor central del mundo. Poco o nada queda de aquel portentoso zaguero, que llegó del Olympique de Lyon por 25 millones y por su espectacular hacer ya se consideraba una auténtica jugada maestra del Barça en el plano económico.

Su lesión de rodilla y la “mala” decisión de ir al Mundial (que acabó ganando) aún perduran. Poco contundente y torpe, “Big Sam” vive una auténtico estado de ostracismo en el organigrama culé. Se sabe perfectamente de su talento y talante, pero la paciencia se acaba y este verano se le intentó dar salida sin éxito, casi regalándolo.

Ahora por ahora es el cuarto central del equipo y con un gran interrogante en su rendimiento. ¿Podrá volver a su nivel? ¿Debe estar en el Barça? ¿Es todo cuestión de confianza? A sus 27 años, Umtiti es la incógnita de este Barça maltrecho e irregular. Solo el paso de las jornadas y sus oportunidades darán veredicto final.

Araújo: un paso hacia delante

Si hay que poner una nota positiva en medio de la tempestad, sería la de Ronald Araújo. Con 21 años y mucha paciencia, el charrúa ha construido todo un catálogo de aptitudes defensivas que han convencido a Koeman, y que lo están asentando con dicción como titular culé por el momento.

Su imponente físico y sobriedad en el corte le han puesto al pie del cañón. Solo la confianza del míster y sus tiempos de juego – de momento extensos y muy buenos – le harán crecer hasta niveles insospechados. Su golazo y correcto encuentro ante el Valencia y su partidazo contra el Valladolid suman a un currículum por ahora muy interesante y con proyección ilimitada.

Su capacidad de sobresalir en los (ya bastantes) malos momentos del Barça lo que le han posicionado donde está, y eso ahora en Can Barça es impagable.

Pegados a la línea de cal (y arena): Dest, Firpo y Alba

Otra cuestión capital en el equipo blaugrana son sus bandas defensivas. Sergiño Dest, Júnior Firpo y Jordi Alba han copado el protagonismo de esas posiciones – con un Sergi Roberto lesionado – y brillan por sobresalirse levemente del entumecimiento en zonas centrales.

Empezamos por la derecha. Sergiño Dest se ha hecho amo y señor de la banda derecha, aprovechando la ausencia de Roberto. El estadounidense ha destacado por su verticalidad y buen hacer ofensivo. Pese que su crecimiento es exponencial, debe aprobar una asignatura que tiene pendiente: constancia defensiva. Alterna muy buenos choques con algunos más flojos, y eso cuesta carísimo en los tiempos que corren en Can Barça.

Por la banda izquierda no hay color. Un año más Jordi Alba vuelve a ser indiscutible, mostrando a sus 31 años materia suficiente para seguir donde está. Su mejor argumento es la connexión natural con Messi y un equilibrio entre ataque y defensa envidiable que lo ha posicionado como uno de los mejores de siempre en su posición.

A veces se ha balanceado en el filo de ser cuestionado, pero partido a partido ha ido mostrando esa mejor versión que tanto se ha echado en falta en Can Barça.

Por otra banda, la de cal, está Junior Firpo. El ex lateral de Betis no ha conseguido adaptarse en el conjunto blaugrana desde su llegada. Los 30 millones de su traspaso pagaban la sucesión natural de Alba, pero han sido en vano. Su falta de minutos y continuidad han sido su lastre número uno y un fijo en las quinielas de traspasos.

Buscará dar su paso en el Barça, pero lo tendrá complicado. La zaga peca de imprudente y las oportunidades valen oro, y Firpo no ha convencido a Koeman.

¿Podrá el Barça estabilizar su nave defensiva? ¿Acallar su patología? Las sensaciones llevan a resultados, y Koeman habla de buenas sensaciones… Veremos.

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