El Athletic consiguió ganar al Barça en la final de una Copa que terminó con una batalla campal protagonizada por Maradona y los rojiblancos
La temporada 1983/84 fue muy recordada para todos los aficionados rojiblancos. Un joven Clemente consiguió el doblete de Liga y Copa, y precisamente fue una Copa inolvidable, ya que pese a ganar por la mínima al Barça, al finalizar el encuentro se inició una pelea en pleno Bernabéu entre jugadores de ambos equipos. Ahora, con la llegada de Marcelino, hay ilusión entre la afición para conseguir de nuevo el título de copero, aunque esta vez ante su máximo rival. Repasamos entonces ese año donde vimos a uno de los mejores Athletic.
La famosa batalla del Bernabéu
Empezamos por el final. Ese partido que terminaba con una batalla campal supuso un cambio para la historia del fútbol, como si del efecto mariposa se tratara. Primero de todo, ese partido fue el último para Maradona (bien es cierto que le quedaban dos partidos amistosos). El astro argentino saldría de forma turbulenta del Barcelona para fichar por el Nápoles, y ya sabemos lo que pasó, se convertiría en todo un mito. El 5 de mayo de 1894 impulsó su salida y también hizo que el Barcelona cambiara.
Menotti seria destituido y llegaría Venables para volver a ganar la liga. Junto a Maradona también se marchaba el veterano Quini, y llegaba un Archibald que se hinchó a goles. En cuanto al Athletic, no se vieron apenas cambios, y se conseguiría levantar la Supercopa. Más allá de eso, nos centramos en lo que fue la batalla antes de entrar en el contexto de temporada del cuadro bilbaíno. Esa pelea empezó por un corte de mangas de Núñez Urrezola que encendió la mecha de Diego Armando, frustrado por la derrota y por las celebraciones rojiblancas.
El argentino le pegó un cabezazo al defensor del Athletic, y Sola, delantero suplente, acudió para sumarse a una pelea que estaba empezando. Entonces desde las cámaras se vio una patada a lo karateka de Migueli hacia la espalda de Miguel de Andrés. Se montó un buen follón, con Goikoetxea y Sarabia repartiendo palos y con varios jugadores ensangrentados. El único que se libró fue el colegiado Franco Martínez, porque incluso los reyes presenciaron desde el palco esa barbaridad.
No hubieron consecuencias, ya que desde el acta no se decretó nada, y porque las posteriores sanciones (a tres jugadores de cada equipo: Maradona, Clos, Migueli para el Barça, y Goikoetxea, Sarabia y De Andrés del Athletic) solo contaban para tres meses, y coincidió con el verano. Además coincidía que ese verano se disputaba la Eurocopa de Francia, y en el caso de Goikoetxea y Sarabia pudieron jugar, llegando a la final, aunque el único que pudo pisar el Parque de los Príncipes fue Manu Sarabia saliendo del banquillo. Ganaría Francia, aunque eso ya es otra historia.
La polémica estaba servida
Ese partido llegaba con un nombre como protagonista, el de Andoni Goikoetxea Olaskoaga. Conocido como el carnicero de Bilbao, había lesionado gravemente en 1981 a Bernd Schuster, y dos años más tarde, en la temporada del doblete, le rompió el tobillo a Maradona, que estuvo al borde de tener que dejar atrás su carrera. El astro argentino estuvo tres meses de baja, pero durante ese tiempo, al Barça se le escapó la liga. En ese encuentro los blaugranas ganaron 4-0, pero aun así, las críticas hacia el central de Alonsotegi no habían hecho más que empezar. Se le adjudicaron 18 partidos de sanción, aunque finalmente fueron solo 6.
La lesión de Maradona hizo aumentar la tensión entre Barça y Athletic. Menotti y el presidente Núñez habían sido críticos con el juego duro de los vascos. Ya conocemos también a Clemente, que nunca se ha callado nada y por eso siempre ha sido duramente criticado, por lo que se llegaba a la final con mucha tensión tanto fuera como dentro del campo.
Días antes del partido se caldeó el ambiente con declaraciones desde ambos bandos, y ya durante el partido, incluso Schuster tuvo un encontronazo con los aficionados del Athletic, que le lanzaron una botella y él se la devolvió cabreado. El partido además fue muy brusco, aunque cabe destacar un detalle. Antes de empezar se guardó un minuto de silencio por una peña barcelonista, que en el trayecto hacia el Bernabéu, sufrió una accidente que causó por desgracia fallecidos.
Clemente, del amarrategui al doblete
Como ya hemos dicho, fue una gran temporada para un Athletic que se alzaba con el doblete y luego ganaría la Supercopa de España. Los rojiblancos debían defender el título que habían logrado en el pasado curso, aunque en un principio la cosa estaba complicada porque tanto Barcelona como Real Madrid apretaban fuerte. Esa temporada destacaba porque la mayoría de equipos apostaron por el filial para reforzarse, siguiendo la línea del mismo Athletic y de la Real Sociedad.
Los de Clemente empezaron de forma irregular y sufrieron esa derrota ante el Barcelona por 4-0. El Atlético de Madrid fue el equipo que mejor inicio cuajó, aunque quien acabaría como campeón de invierno seria el Real Madrid. Los leones, por su parte, conseguirían cambiar su dinámica en los últimos partidos antes del nuevo año y acabaría en segunda posición. Ese Athletic empezaría mucho mejor en la segunda vuelta, y se aferraron al liderato durante muchas jornadas. El Real Madrid no lo puso fácil, luchando por esa plaza, y se llegó a la última jornada con todo en juego.
El Athletic, que tenía un juego muy duro totalmente basado en los resultados, se enfrentaba a la Real Sociedad, que aspiraba a la UEFA. El Real Madrid debía jugar en Sarrià ante el Espanyol, e incluso el Barcelona, que se enfrentaba al Atlético, tenía sus opciones. Barcelona y Real Madrid se pusieron campeones de forma momentánea, pero un gol de Liceranzu que desempataba el partido en San Mamés daba el triunfo. El cuadro blanco también ganó su partido, aunque el gol average daba el título al Athletic.
Diez días antes de terminar el campeonato, el Athletic se había clasificado para la final de la Copa tras vencer a Cartagena, Real Sociedad, Sporting y Real Madrid. Entonces se jugaría esa final que decidía un solitario gol de Endika. El Athletic certificaba el doblete, pero todavía les quedaba un título en juego, la Supercopa. Curiosamente las cosas no eran como ahora.
Por entonces si un equipo conseguía el doblete se llevaba el título directamente sin necesidad de jugar, por lo que esos tres trofeos valdrían sacar la gabarra por la ría de Bilbao. La pregunta está en si tras 37 años volverá a salir. Veremos si Marcelino lo consigue.
