Le llegada de Marcelino al Athletic ha renovado la cara de los leones, con un nuevo esquema y una actitud mejorada
¿Quién habría apostado por el Athletic como campeón de la Supercopa de España? De los cuatro equipos, ninguno estaba pasando por su mejor momento. No obstante, sin duda alguna, el Athletic era al que menos posibilidades se le veían de campeonar. Sin embargo, sorprendiendo a todos, los rojiblancos vencieron al Real Madrid y al Barcelona y se hicieron con el título.
El equipo bilbaíno llevaba toda la temporada mostrando su cara más irregular, no tenían un plan de juego concreto y no se les veía con ganas. Sin embargo, con la salida de Garitano, y la llegada de Marcelino, el Athletic tiene una nueva cara. En tan sólo tres partidos, ha conseguido ilusionar a sus aficionados.
Todo este cambio se ha producido gracias a Marcelino García Toral. El entrenador ha cambiado el esquema y ha propuesto un juego con el que los jugadores se sienten a gusto. ¿Pero cuáles son exactamente las claves de este renovado equipo?
El método Marcelino
Marcelino siempre se ha caracterizado por su sistema de juego, es muy reconocible y es su seña de identidad.
El Athletic ha pasado de jugar con un 4-2-3-1 a jugar con un 4-4-2. Este cambio de sistema permite al equipo ser más defensivo y jugar con las líneas más juntas, siendo un bloque más unido. Con este sistema, la defensa no tiene que ser tan activa como lo era antes, y cierra los espacios interiores, obligando al rival a jugar por las bandas.
El contraataque es la palabra clave en cualquier equipo dirigido por Marcelino. El juego de Marcelino se basa en defender, darle la posesión al rival, y sorprender con contraataques en el momento justo. La presión alta también es una de las identidades de Marcelino, no dejar salir cómodo al rival para buscar el robo. Si el equipo contrario logra salir con el balón jugado, los rojiblancos simplemente repliegan líneas para defender.
En estos tres partidos con Marcelino al mando, se han podido ver claramente los aspectos anteriormente mencionados. Contra el Barcelona en San Mamés, el gol de Iñaki Williams llegó con una defensa en bloque bajo, robo en defensa, balón en profundidad a Iñaki y gol. Contra el Real Madrid ya en la Supercopa de España, el primer gol llegó por una presión alta, pérdida de Lucas Vázquez, balón en largo a Raúl García y gol.
La alineación de este equipo parece que está bastante clara con la llegada de Marcelino. Unai Simón en portería, laterales para Yuri y Capa y el centro de la defensa para Yeray e Íñigo Martínez. El centro del campo para Dani García y Vencedor, extremos para Muniain y De Marcos. Y finalmente, la delantera para Raúl García y Williams.
Análisis defensivo
Este Athletic usa una defensa en zona, que se mantiene durante todo el partido, a menos que tenga que cambiar por alguna circunstancia en especial. En los equipos de Marcelino, es muy difícil ver que los jugadores hagan persecuciones individuales.
Es un equipo al que no le importa dejarse someter por el rival, es más, hasta le interesa. Los delanteros buscan cortar ciertas líneas de pase, para obligar a los centrales rivales a jugar por el medio, buscando así el robo rápido. El Athletic obliga al rival a meter a muchos hombres en el área rival, para que sea más difícil defender el contragolpe.
Cuando el balón se juega por las bandas, los extremos no tienen que irse a la banda a defender. Por lo contrario, los extremos se meten entre el central y lateral, para no dejar que el rival meta un balón interior.
Con esto, Marcelino pretende que los rivales recurran al centro lateral, dándole ventaja a los defensas, que en su mayoría son muy buenos en el balón aéreo. En estos centros, el extremo del lado contrario no baja a defender, se queda algo más arriba para buscar el contragolpe en caso de recibir el balón.
Análisis ofensivo
El hecho de jugar con las líneas tan unidas permite que sean varios los jugadores que puedan acompañar la jugada en caso de contraataque. Marcelino es un entrenador que da mucha importancia a las basculaciones, tanto de lado a lado, como de arriba a abajo.
Es un sistema de juego muy vertical pero no directo, dejando de lado los balones en largo de defensa a delantero. Buscan salir con un juego rápido y sencillo, aprovechando mucho a los dos delanteros, a los extremos y a los mediocampistas.
La principal tarea de los extremos es temporizar y jugar hacia dentro, para darle más protagonismo a los delanteros. Evidencia de esto puede ser el golazo de Williams en la final de la Supercopa. Balón de Yeray a Muniain que aparece por el centro, pase a Williams y gol.
Lo que consigue el equipo con los extremos temporizando y yendo hacia dentro, es darle tiempo a los laterales para desdoblar. Con esto, dan tiempo a los delanteros a meterse en el área y a los extremos acercarse para segundas jugadas con los centros laterales de los laterales. Cabe destacar que los centros deben ser rasos, para que sean más difíciles de defender.
Jugar con dos delanteros favorece gratamente a Williams, que lleva toda la temporada siendo muy criticado. El apoyo de Raúl García hace que el peso ofensivo no recaiga en él totalmente, quitándose tanta presión de encima. Además de que jugando solo, tenía que cumplir varias funciones, las cuales ahora se reparte con García, dejándose las más ofensivas para él.
¿Qué aporta este esquema?
El nuevo esquema del Athletic permite a los jugadores desempeñar su juego más cómodamente. Es un sistema que se adapta más a las características de cada jugador de la plantilla. Con tan sólo tres partidos, es algo pronto para predecir el futuro de este equipo, pero el cambio de actitud es notorio.
Esta Supercopa debería ser un gran núcleo de confianza de cara a la final de la Copa del Rey contra la Real Sociedad. El Athletic también peleará por escalar puestos en liga y acercarse a su objetivo de entrar en puestos europeos.