Marina Granovskaia es una de las piezas claves detrás de lo que es el Chelsea moderno
La ausencia de Abramóvich
Román Abramóvich, dueño del Chelsea, es una de las personas más ricas del mundo. Él ha desembolsado incontables cantidades de dinero para que el club se convierta en un grande a nivel mundial. Sin embargo, en el último tiempo no ha tenido la posibilidad de estar tan presente en el “Mundo Blue”.
Lógicamente, ser un multimillonario y manejar un club son tareas que quitan muchísimo tiempo, por lo que lo más común es que a la hora de manejar ciertos departamentos dentro de una institución es tener una “mano derecha”. Más aún si se tiene en cuenta que la situación Abramóvich no es la misma que hace algunos años atrás, y que por distintos motivos tiene dificultades para establecerse en territorio inglés.
El poder de Granovskaia dentro del club
Aquí es donde aparece Marina Granovskaia, que es la encargada de manejar el día a día del Chelsea, siendo la representante de Abramóvich en la junta directiva. Además de esto, es la principal responsable a la hora de los fichajes del conjunto londinense. Ella se encarga de dar el visto bueno a todas las ventas y adquisiciones de jugadores.
Se puede dudar sobre los resultados que han dado sus transacciones, pero tiene la fama de ser una muy buena negociadora. Además, no es fácil llevar adelante la gestión de fichajes de un club con tanto potencial económico. Lo más destacable, es cómo ha logrado cuadrar las cuentas para que los números del club no infrinjan las normas del famoso “fair play financiero”.
Granovskaia es, en resumen, la persona en quien más confía Abramóvich para manejar una de sus empresas más significativas. Si bien suena raro llamar al Chelsea “una empresa”, no es ni más ni menos que eso. Al ser una institución que tiene un dueño, la responsabilidad para manejarla es aún mayor, debido a que todo el futuro económico y futbolístico de esta pasa por sus manos.