Fede Valverde jugó ayer en Anfield tocado y con analgésicos para cubrir las múltiples bajas defensivas del equipo
Valverde es uno de esos jugadores que siempre quieres tener en tu equipo. En una plantilla mermada por las lesiones y por las bajas, Fede es tu mejor arma. El uruguayo te rinde en cualquier posición. Mediocentro todoterreno de profesión, ha rendido a las mil maravillas de interior derecho, de extremo, e incluso ayer, de lateral derecho. Zidane acertó al ponerle ahí como lateral improvisado, pero es que parece que al chico no hay nada que se le dé mal.
No solo jugó cubriendo una posición que no es la suya, sino que lo hizo medio cojo, tocado, contra una bala como Sadio Mané, al que no dejó respirar. Valverde se infiltró analgésicos en el tobillo con tal de llegar a Anfield con un motivo muy claro, que el equipo le necesitaba. En una noche en la que la defensa del Madrid estuvo sobresaliente, él, sin ser defensor y estando tocado, le hizo la vida imposible a la ofensiva red.
Hay que hacer hincapié en lo de cubrir a Mané estando cojo y fuera de tu posición ideal. El senegalés es una bala y uno de los mejores extremos del mundo. Emparejarle con él era como mandar a la guerra a un soldado con una pistola de juguete. Y cumplió con creces. Si a Zidane le da por poner a Fede de portero con un brazo escayolado, también cumplirá.
Al madridista solo le queda aplaudir y mirar con admiración a un uruguayo que demuestra compromiso y amor por el escudo allá por donde va. Ya se sacrificó una vez por la camiseta en una final de Supercopa, dándole una patada por detrás a Morata siendo el último hombre. Provocó una expulsión que le dio medio título al Madrid. Su novia publicó una foto al acabar el encuentro de cómo estaba el tobillo de Valverde en la misma tarde del partido. Morado y dolorido. No parecía el tobillo de un futbolista que rindió durante 90 minutos sin apenas errores.
Fede Valverde significa presente y futuro. Es un guerrero y es vikingo, tiene todo lo que necesita el Madrid. La medular estará bien resguardada durante muchos años por un uruguayo al que no le importó sacrificarse cuando el equipo más le necesitaba. Cualquier madridista se lo llevaría a la guerra sin ninguna duda porque no solo tiene sacrificio y compromiso, sino que siempre cumple, juegue donde juegue y en el campo de batalla que sea.