En este artículo, recordamos la última vez que el Burgos estuvo en la categoría de plata, hace 20 años, antes del partido de este pasado domingo en El Molinón
Era el 17 de junio de 2001. El Burgos CF jugaba contra el CD Ourense la promoción de ascenso a Segunda División. Un gol de Dani Pendín a los 80 minutos de juego daba el ascenso al club burgalés, que alcanzaba la categoría de plata por primera vez desde su refundación en 1985.
Un inicio de ensueño
El club castellano contó con Enrique Martín, mítico entrenador navarro, como timonel del nuevo periplo en la categoría de plata. Entre las filas destacaron jugadores que ya han pasado a la historia del club como Lucio Arnáiz, Dani Pendín, Cuyami, Dragan Isailovic o Dmitri Cheryshev, el padre de Denis Cheryshev.
Un 25 de agosto de 2001, hace casi 20 años, el Burgos debutaba en la categoría visitando al ya extinto Poli Ejido. Un gol de José Mari a los 65 minutos daba los primeros tres puntos al club burgalés.
No solamente por esa victoria en tierras andaluzas sería tan bueno el inicio de la aventura burgalesa en Segunda División. En las primeras 5 jornadas, sumaría un total de 4 victorias y 1 derrota, colocándose entre los equipos punteros de la categoría.
De hecho, en la jornada 6, saltó la sorpresa. El Burgos ganó por 3-1 al Xerez y, ante el empate del Atlético de Madrid en Salamanca, el club burgalés alcanzaba el liderato. Sería la única vez que el Burgos se situó tan alto en la clasificación, pero las sensaciones eran muy positivas.
La cabeza en el suelo
A partir de ahí, llegaron unos resultados que bajaron al Burgos del podio. Sin embargo, el equipo se mantuvo en la parte media-alta, sacando victorias en campos como el Helmántico o El Molinón (lo que sienta un precedente optimista para el partido del domingo). Otra de las victorias más destacadas fue la goleada en Soria, donde el Burgos venció con contundencia (1-5) al CD Numancia.
El último partido de la primera vuelta les enfrentó al Atlético de Madrid. Los colchoneros golearon en El Plantío por 0-4. A pesar de aquella derrota, el Burgos acabó la primera mitad de su retorno a Segunda División en séptima posición, con 32 puntos, a 2 puntos de los puestos de ascenso y 9 puntos por encima del descenso. La permanencia estaba muy encarrilada.
El inicio de la segunda vuelta no fue tan bueno como el de la primera. De hecho, el Burgos llegó a estar un total de 9 partidos sin ver puerta. Muchos de esos encuentros finalizaron en empate, por lo que el Burgos se mantuvo relativamente lejos de la zona de descenso.
A falta de 8 jornadas para el final de la liga, el equipo estaba cómodo en la media tabla, más cerca de los puestos de ascenso que de los del descenso. A pesar de todo, aquella temporada no iba tener un desenlace feliz.
La situación extradeportiva adquiere protagonismo
Fuera del terreno de juego, la situación era extraña. El club debía convertirse en Sociedad Anónima Deportiva, pues las normas del fútbol profesional ya determinaban que, si un club no era SAD al ascender a Segunda, debía realizar la conversión en un año.
José María Quintano, en aquellos momentos presidente del Burgos, se resistió a realizar la conversión en SAD, por lo que el Burgos, aunque lograra la permanencia en el césped, se iba a encontrar con un inevitable descenso administrativo si las cosas no cambiaban en los despachos.
Puede que esta situación se trasladara al equipo, que en las últimas jornadas dejó de ganar partidos, quizá consciente de que daba igual si el equipo se salvaba en el campo o no. Lo cierto es que la temporada acabó y el Burgos se salvó en el campo, con 52 puntos y en decimosexta posición. Pero la conversión en SAD no se produjo. Y el Burgos, efectivamente, descendió administrativamente a Segunda B.
El Levante sería el club beneficiado del descenso del Burgos. José María Quintano dimitiría como presidente del Burgos tras el escándalo que supuso todo este asunto. Y el club castellano comenzó una agonía en el desierto de la Segunda B (e incluso Tercera División) que duró 20 largos años.
El retorno del Burgos dos décadas después
Este domingo, el Burgos vuelve a empezar un nuevo capítulo en el fútbol profesional, esta vez sí, convertido en Sociedad Anónima Deportiva. El club burgalés ha confiado en el bloque que logró el ascenso para encarar su retorno a la categoría de plata. 13 jugadores de la temporada pasada se mantienen en las filas burgalesistas.
Tras un verano turbulento en los despachos, con cambios significativos en la directiva, el Burgos saldrá a competir este domingo, a partir de las 17:00 en El Molinón, ante el potente Sporting de Gijón.
Una temporada ilusionante para un club y para una ciudad que cruzará los dedos para que la temporada 2021/2022 sea, en lo deportivo y no en lo administrativo, muy parecida a la que se celebró hace 20 años.