El jugador del Rayo Vallecano es esa especie de futbolista que está en peligro de extinción
Radamel Falcao volvió a nuestra liga de la mano del Rayo y parece que no ha venido precisamente a retirarse. Sus dos goles en los escasos 35 minutos que ha disputado son argumentos más que suficientes como para saber que «El Tigre» sigue siendo el nueve letal que vimos en el Atlético de Madrid hace varios años.
Precisamente a eso me voy a referir en estas líneas, a la figura del nueve tradicional en el fútbol. Ese jugador que remata absolutamente todo, que aguanta el balón de espaldas, que fija a los centrales, que no regatea, que siempre está en el lugar indicado en el momento indicado para meter la puntera a pesar de no ser el más rápido de piernas. Ese ariete cuya función es alojar el balón en el fondo de la red sea como sea, sin muchos más preámbulos, sin un juego demasiado extravagante. Porque al final en este bendito juego nada vale más que hacer que la pelota supere la línea de gol.
El último gol de Falcao ante el Athletic define a la perfección lo que es un nueve. El centro de Bebé iba con la potencia de un disparo a puerta y, para cualquier mortal, meter la cabeza para redirigir ese misil significaría un buen traumatismo. Falcao puso la testa y anotó el gol de la victoria de su equipo en una acción solo al alcance de un nueve de los de antes, un nueve de verdad, un nueve de los que ya casi no quedan. El mote de «El Tigre» le viene que ni pintado, porque son estos arietes los que meten verdaderos zarpazos.
Este perfil de delantero centro puro se está extinguiendo. Es así. Las nuevas generaciones son atacantes rápidos, verticales, con capacidad para desbordar. Ya no salen grandes nombres que estén destinados a seguir con esta tradición de delanteros. Ahora nos queda el propio Falcao, Lewandowski, Cavani… todos mayores de 30 años. Atrás han quedado ya los Van Nistelrooy, Batistuta, Drogba, Klose, Gerd Muller, Koller, Bierhoff, Palermo, Inzaghi… para dar paso a delanteros modernos del estilo de Haaland, Rashford, Werner, Memphis o Lautaro.
Falcao es uno de los supervivientes de este estilo que parece que se está quedando anticuado, pero que realmente siempre es muy importante. Siempre quieres tener en tu equipo a un delantero que sea capaz de rematar todo y empujar el balón cuando sea necesario. Porque, al final, el joga bonito o el tiki taka no sirven de nada si no hay goles. Los goles son los que dictan sentencia y eso seguirá siendo así por mucho que el fútbol cambie.