El conjunto azulillo no está siendo capaz de encontrar su mejor versión
El Linares Deportivo llegaba al comienzo de temporada como el último campeón del grupo IV de Segunda B, solo una temporada después de haber conseguido volver a la división de bronce. Pese a la gran campaña 2020/21, no sabíamos qué podíamos esperarnos del club minero en Primera RFEF. La plantilla, que tan bien había funcionado el pasado ejercicio, fue desmantelada tras la contratación de Sandroni como nuevo técnico.
El primer encuentro liguero hizo a los linarenses desplazarse hasta el Principado de Andorra, donde perdieron por 1 a 0 frente al club presidido por Gerard Piqué. Tan solo tres jornadas más se mantuvo en el cargo Alejandro Sandroni, cuando en la cuarta fecha perdieron en Linarejos frente al UCAM Murcia.
Durante la era Sandroni se consiguieron dos puntos de doce posibles. La entidad azulilla decidió destituir al técnico argentino y traer de vuelta a Alberto González, quien ya había estado en el banquillo la pasada temporada.
La vuelta de Alberto
Como si de un mensaje del universo se tratara, primer encuentro que dirige Alberto González y primeros tres puntos para el Linares. Victoria a domicilio contra el Atlético Sanluqueño que esperanzaba a la afición. Tras un gran re-debut del técnico, no se ha logrado sacar la mejor versión del equipo. Con la derrota en casa contra el Barcelona ‘B’, los azulillos han sumado cuatro puntos de los últimos doce.
Sin embargo, en este último enfrentamiento contra el filial catalán, el conjunto minero dio una buena imagen y la sensación de que puede plantarle cara a cualquier rival. Un autogol en los últimos compases del partido les privó de un merecido punto. El encuentro, que finalizó con 1 a 2 en el electrónico contra un gran Barça B, mostró que, tocando las teclas adecuadas, se puede cumplir el objetivo y salvar la categoría.
No les espera un calendario fácil a los de Linares en las siguientes fechas de liga. Albacete, Villarreal B o Real Madrid Castilla son algunos de sus rivales más próximos. Veremos cómo evolucionan los hombres de Alberto González y si pueden salir, por fin, de la incertidumbre en la que se encuentran inmersos.