El Deportivo Alavés afronta el tramo final de temporada desde la cola de la tabla, necesitando más hacer escalada que no jugar al fútbol
De poco ha servido el arnés en Vitoria. Más abajo no se puede caer, y es que el Deportivo Alavés acabará esta trigésima jornada de liga como último clasificado de LaLiga. A la directiva no le tembló el pulso para darle el finiquito a Calleja, y si se imparte la misma ley, no debería tardar en dárselo a Mendilibar.
Los días pasan, las jornadas también, y lo que no sube, baja. Ocho jornadas son las que le quedan a los vascos para arreglar las hélices de su barco si no quieren que una ola les hunda en la segunda división.
¿Qué le queda al Alavés?
Tras 30 jornadas disputadas y 8 puntos menos, 22, a los vitorianos les va a tocar remar en 60 días casi lo mismo que lo han hecho en siete. Y es que esto es lo que pasa cuando te dejas los deberes para el final, que los haces con prisas y muchas veces mal.
Sin moverse apenas del norte, al conjunto babazorro le tocará visitar el próximo domingo El Sadar, para enfrentarse a un Osasuna prácticamente salvado, que por supuesto querrá borrar cuanto antes ese prácticamente de las portadas. En plena Semana Santa, una nueva final esperará en Mendizorroza, esta vez ante el Rayo Vallecano, también con muchos boletos de seguir el año que viene en primera. De ganar ambos duelos y poniéndonos optimistas, el Deportivo Alavés rozaría con un mes de competición todavía por delante los 30 puntos, y tendría motivos de sobra para creer en una permanencia que como cada año rondará las 40 unidades.
Rock and roll después de Semana Santa
Dejándose de fiestas, el Glorioso volará a Palma, donde un Mallorca ahora también en puestos de descenso, esperará al menos repetir el resultado de la ida (0-1). Despidiéndose de abril y dando paso a mayo, los vascos recibirán en Vitoria al Villarreal, que como nos tiene acostumbrados en las últimas temporadas, se encontrará en plena lucha por hacerse con uno de los puestos que dan acceso a competiciones europeas.
Pasado el día 1, apenas quedarán 12 puntos en juego, seis por disputarse en Vigo y Valencia ante el Levante, y otros seis por jugarse en casa, ante el Espanyol en la trigésimo sexta fecha, y el Cádiz en la última. El Alavés quiere dar guerra, y soplar por séptima temporada consecutiva las velas en primera dependerá solamente de lo que haga en estos dos meses.
