El fichaje de Jesús ‘Tecatito’ Corona por el Sevilla en enero ha cambiado aspectos del equipo que no podían entenderse sin un jugador de sus características
El mercado invernal puede ser un salvoconducto, una bala en la recámara o, en el caso de Monchi, una oportunidad para terminar los deberes que no hizo en verano. Dicho por el gaditano: “no estoy satisfecho con la planificación porque creo que aún tenía un vuelco de tuerca” el pasado mes de agosto. En cualquiera de los casos, la ventana invernal ha servido al Sevilla para hacerse con un jugador diferente y que, lo más importante, ha rendido desde el primer minuto. La otra cara de la moneda tocó en el otro refuerzo, Martial, aunque lo del francés tenga más que ver con la mala fortuna. Todo lo que rodea a ‘Tecatito’ Corona cobra más valor cuando se recuerda que llegó a la capital andaluza por tan solo tres millones de euros.
Hasta en dos mercados anteriores intentó Monchi el fichaje del mexicano, pero el precio que pedía el Oporto por él era desorbitado. En verano se acordaron condiciones con el jugador pero no con el club. Todo, en el último año de contrato del mexicano. Esto hizo que se enfriara la relación entre Corona y el club portugués, hasta el punto de pasar gran parte de la temporada en la grada. Llegó enero y ocurrió lo mejor para todas las partes. Lopetegui ya tenía a su regalo de reyes.
No hubo tiempo para la adaptación
Con ‘Tecatito’ se saltaron todos los procedimientos seguidos cuando un nuevo jugador llega a un club. Un jugador experimentado, que conoce el idioma y al entrenador sólo necesitó un partido para hacerse con la titularidad y empezar a gambetear por la banda del Sánchez-Pizjuán. Sus controles, gestos, velocidad y personalidad encandilaron rápidamente a la afición y se hizo fijo.
Y es que, con las lesiones de Lamela y Suso, el Sevilla no contaba con un extremo encarador y asistente, ya que Ocampos no es exactamente eso. A pesar de que fueron suyos los dos pases de gol hacia el mismo Corona para hacer su primer doblete como sevillista en el Ciutat de Valencia. El ex del Twente simplifica muchas cosas en el ataque nervionense. La previsibilidad destacaba -y destaca- en el juego ofensivo de Lopeetgui, pero cuando el balón llega a los pies de ‘Tecatito’ todos saben que algo va a pasar. Siempre se la juega. Y casi siempre sale ventajoso. Basta con darle un balón al pie para saltar una línea de pase y desencadenar en un córner, una falta o, como hasta en seis ocasiones hasta ahora, en gol.
‘Tecatito’ Corona se ha ganado al sevillismo en pocos meses y ya es uno de los estandartes del equipo. A sus 29 años, pasa por un momento de madurez futbolística que decidirá si se queda en un gran jugador o en algo más. Incluso puede contarse con él por el centro o como lateral. Por lo pronto, está siendo una de las sensaciones de la segunda vuelta de la Liga. Con tres años más de contrato, de seguro seguirá dando alegrías a un Sevilla que necesita de su desparpajo para simplificar las jugadas ofensivas.