La AS Roma regresa a un final europea 31 años después, en la primera final de la historia de la Conference League
Los romanos llevaban mucho tiempo fuera de los grandes focos europeos. Para ser más exactos 31 años, y ha llovido mucho, demasiado, desde aquel entonces. José Mourinho ha devuelto a los de la capital italiana a una final europea jugando grandes partidos.
Precisamente, “The Special One” sabe lo que es llevarse la gloria europea con un equipo italiano. Ya lo hizo en 2010 con el Inter de Milán que, casualmente, ha sido el último título europeo de un equipo italiano.
Para más inri, los romanos perdieron su última final europea hace 31 años frente al Inter. Demasiadas casualidades que han llevado a la Roma a la primera final de la historia de la UEFA Conference League.
A priori, la Roma parte como gran favorita frente a un Feyeenoord sorprendente. Sin embargo, el equipo holandés es uno de lo más históricos de Países Bajos y del continente.
Circunstancias semejantes
Ambos equipos llegan en una sequía europea muy semejante. Por parte de los italianos ya está todo dicho, su última final fue en 1991 frente al Inter, donde cayeron por un global de 2-1. Malos recuerdos de los romanistas de aquella final, por aquel entonces llamada Copa de la UEFA.
Por parte del Feyeenoord igual, aunque su último título sí que es más reciente. Lo levantaron en el año 2002 en la final de la Europa League contra el Borussia Dortmund. Unos 20 años han pasado desde su última gran noche europea.
Un duelo interesante para dos clubes que hace mucho que no se codean entre los grandes de Europa. Además, un oportunidad para dos aficiones que seguro quieren llevarse el título a su ciudad.
Un camino duro hasta la final
Pese a que la Roma sea el favorito para levantar la Conference, el camino que han pasado los de la capital ha sido de todo menos sencillo. Ya en fase de grupos los de Mourinho sufrieron la humillación del Bodo Glimt por 6-1 en Noruega. Seguro que esta goleada será recordada por muchos años.
Después, el Vitesse no fue un “caramelo” precisamente, ya que los holandeses dieron mucha guerra. Gracias a un gol de Abraham en el 91′ los romanos se evitaron el suplicio de una prórroga.
Si parecía que el camino ya había tenido muchos baches, la Roma se iba a encontrar contra su bestia negra del torneo, el Bodo. Los noruegos realizaron una Conference muy digna y llegaron a vencer por segunda vez a la Roma en la ida por 2-1.
Los fantasmas del pasado parecían haber regresado, pero Mourinho y su equipo se desquitaron, goleando ellos esta vez al humilde equipo noruego por 4-0. La Roma se había plantado en semifinales de la Conference, donde le esperaba uno de los cocos de la competición, el Leicester City.
Los británicos eran uno de los grandes favoritos para llevarse el trofeo, pero la Roma sacó el do de pecho y tras dos partidos durísimos se plantaron en la final. El alma de gladiador de Abraham llevó en volandas a la Roma a una nueva final europea.
Mourinho, 100% enfocado con la Roma
De la misma manera, los aficionados al fútbol llevábamos mucho tiempo sin ver a Mourinho en una final europea. El luso se ha involucrado, y de qué manera, con la Roma. Sus lágrimas de emoción tras la clasificación a la final hablan por si solas.
Además, el portugués ya ha confirmado que quiere seguir su periplo en Italia y le quiere brindar a la afición un nuevo título para sus vitrinas. Una afición que le ha acompañado en las buenas y en las malas.
Realmente una temporada llena de subidas y bajas para Mourinho en la Roma, con la que todavía no ha certificado su presencia en la Europa League. Finalmente, el esfuerzo tiene su recompensa y Roma vivirá una nueva noche europea, en la que esperan salir victorioso. En estos momentos: “alea iacta est”, o “la suerte está echada”.