El conjunto catalán está a tan solo dos partidos de realizar toda una hazaña y lograr ascender a Segunda División
Ayer, sábado 8 de mayo, se disputaba la vuelta de las semifinales de los playoffs de ascenso entre el Barça Atlètic y la UD Ibiza. El primer partido de esta semifinal ya se disputó una semana atrás, donde el conjunto culé consiguió obtener una gran victoria como visitante, llegando así al partido de vuelta con una ventaja de un gol.
La vuelta en el Johan Cruyff no empezó como los culés esperaban, ya que el Ibiza los sorprendió anotando dos goles consecutivos en la primera parte y dejando tocado al Barça. A pesar de estar abajo en el marcador y en el global de los encuentros, el Barça no tiró la toalla y consiguió anotar un gol segundos antes de ir al descanso del partido.
Un gol que daría mucho de que hablar, ya que los de Rafa Márquez sabían a lo que habían venido, y un equipo con la personalidad que tiene el filial culé no podía dejar escapar esta oportunidad, por lo que terminó remontando el partido y poniéndose 5-3 en el marcador final. Un resultado más que merecido y trabajado por los blaugranas, donde además, Unai Hernández logró anotar un hat-trick en tan solo 3 minutos.
A tan solo dos partidos del sueño
Tras esta primera fase, superada por el conjunto culé, el Barça Atlètic deberá enfrentarse en la final al Córdoba en los próximos días. A pesar de ser una final, esta se decidirá en dos partidos, dando así las mismas posibilidades a los equipos a jugar tanto de local como de visitante y poder vivirlo con la afición.
En su día, el actual entrenador del filial culé, Rafa Márquez ya remarcó que el ascenso no era una prioridad y en lo que realmente él estaba centrado es en el desarrollo de sus futbolistas. De vez en cuando, puede suceder que ocurra algo que realmente no buscas.
Y aquí entra en escena el conjunto catalán, ya que los jugadores tienen una oportunidad excelente y única para disfrutar y luchar por algo secundario que a la vez se convierte en una motivación tanto extrínseca en cuanto a buscar ese soñado ascenso, como intrínseca y pensar así en que su esfuerzo puede dar recompensa en forma de orgullo personal.
