El Atlético de Madrid logró la tercera plaza y de la mano de Simeone, su octava clasificación a Champions consecutiva
Pretemporada engañosa
Los rojiblancos emprendieron una nueva etapa. Futbolistas como Griezmann, Rodri, Filipe Luis, Juanfran, Lucas o Godín, abandonaron el club y comenzaba un cambio de ciclo. Jugadores a los que cuesta olvidar, ya que han dado infinidad de alegrías tanto en el Calderón como el Metropolitano. Cabe a destacar, que la junta directiva ha hecho una gestión impecable. Ficharon a futbolistas que a priori, no eran estrellas como las que se marcharon, pero que se han ganado su puesto y el respeto de los aficionados en tan solo una temporada.
El arranque de la pretemporada fue fulgurante. Con un inmenso João Félix, vencieron a la misma Juventus que les eliminó en Champions, aplastaron al Real Madrid por 3-7 y cerraron la gira estadounidense imponiéndose a las estrellas de la MLS. La ilusión se disparaba en Madrid. João Félix parecía haber hecho olvidar a Griezmann en cuestión de semanas, y hasta se postulaban como candidatos a alzarse con algún título importante al acabar el año.
Parecía un equipo que arrasaba, aunque solamente se quedó en cenizas. Si se tuviese que definir al equipo con una sola palabra, sería irregular. Exceptuando a Oblak y Felipe, la plantilla ha sufrido muchos altibajos.
Pólvora mojada y enfermería
El Atleti sufrió en ataque. Los indios son conocidos por ser un conjunto defensivo, aunque de una forma u otra siempre conseguían anotar. Este curso, el famoso ‘unocerismo’ estuvo muy presente. En 14 encuentros han anotado un gol y exceptuando 8 encuentros, los demás fueron vencidos por la mínima. Registran peores números que la pasada campaña y han estado sin ver portería hasta en 9 ocasiones. Datos de este calibre, indican los problemas en ataque que sufren los colchoneros.
Morata tiraba del carro en algunos tramos de temporada, pero en otros apenas aparecía y cometía fallos garrafales. Pese a ello, ha sido el máximo artillero del equipo.
A Correa le ocurrió un caso similar. El argentino estaba en la cuerda floja en verano, no obstante acabó quedándose en la plantilla. Ejerció como delantero por las ausencias en el frente ofensivo. Brilló y participó en varios goles, y manifestaba ganas de permanecer en el once inicial. La vuelta tras el parón no le sentó nada bien y varió suplencias con titularidades.
Una de las mayores ilusiones de la temporada tampoco tuvo fortuna. João llegaba con expectativas muy altas y estaba destinado a ser el nuevo ídolo rojiblanco. El Menino venía de una liga inferior y tan solo llevaba jugando un año como profesional. Además, el juego del Cholo es muy diferente. El portugués es un futbolista que necesita tener el balón y ha tenido que reconvertir su juego. Cuando daba síntomas de encontrarse cómodo, una lesión le acechaba y ha llegado a estar en enfermería hasta en cuatro ocasiones.
Dejando de lado la parcela ofensiva, las bajas han ido más allá y prácticamente toda la plantilla ha estado con molestias.
Despegue en la recta final
El Atlético se trastabilló en encuentros asequibles y sufría cuando no debía de hacerlo. Una plantilla completamente nueva que no tuvo regularidad en la primera vuelta del campeonato. Hacía sufrir al Barça y luego padecían contra un Eibar. No es nada nuevo para el Atleti, ya que se caracterizan por matar gigantes y pasarlas moradas contra equipos inferiores, pero este hecho casi les cuesta la temporada.
La reconversión de Llorente, la vuelta de Carrasco y el lavado de imagen tras el parón, les ha mantenido invictos desde su regreso al verde. Un plantel que costó de engrasar, no obstante el Cholo lo consiguió. Si los rojiblancos estuviesen con esta dinámica en inicios de temporada, la situación sería distinta y quizás hubiesen llenado las vitrinas del Metropolitano con algún trofeo.
Ahora mismo, los cuartos de final son el primordial objetivo y este rendimiento mostrado las últimas semanas, da mucho de que hablar.