Si la plantilla del Barcelona ya era amplia de por sí, jugadores que se encontraban cedidos, como Trinçao o Pedri llegan a aumentar el fondo de armario
Pedri
Pedri tenía solo 16 años cuando el FC Barcelona anunció su fichaje. Lo hizo el último verano, en los últimos días de mercado. Invertía cinco millones en un jugador que aunque había llamado mucho la atención en las islas, aún no había demostrado tener el nivel suficiente para jugar en el primer equipo. Fue su juego en el filial canario el que le hizo llamar a la puerta de los blaugranas. Cuando por fin pudieron ficharle (antes era menor de 16 años), no lo dudaron y apostaron por él.
Había jugado solo cuatro partidos en Las Palmas, repartiendo una asistencia. Al finalizar la temporada había jugado 37 partidos, anotando cuatro goles y repartiendo siete asistencias. Era un jugador vital en el Estadio de Gran Canaria por su influencia en todas las facetas del juego. Pedri apoya a los interiores a la hora de crear juego, buscando en corto a los delanteros o motivando la subida de los propios interiores, quiénes ven su posición cubierta por Pedri. Arriba, no le cuesta girarse o asociarse rápidamente, además de mover muy bien el balón cuando este está en sus pies, su capacidad de decisión es un argumento clave de su juego.
En el Barça de Koeman dependerá mucho de cual sea el esquema, aunque sí podría encajar jugando a pierna cambiada o retrasando su posición. Importante será que sepa adaptarse al segundo caso, pues el técnico holandés prefiere que los volantes o extremos jueguen en su banda natural, algo que incomoda a Pedri (que competiría con Trinçao). El tinerfeño apenas ha jugado en banda derecha y cuando lo ha hecho, ha visto muy mermado su rendimiento, por lo que jugar en una posición adecuada para que brille será una máxima cuando cuente con minutos. Como interior o enganche también podría jugar, aunque necesitaría mejorar ciertos aspectos de su juego. No hay que olvidar que aún tiene 17 años.
Trinçao
Mientras, la de Trinçao se podría considerar una operación parecida, aunque el portugués llega con mayores expectativas. Firmó en el mercado de invierno por un total de 31 millones de euros, cuando había muchos equipos tras su firma pero ninguno había dado el gran paso. Fueron los culés quiénes se hicieron con él viendo su potencial. Brillaba en la liga portuguesa con solo 19 años, pues su última temporada ha sido la de su primera consagración. Durante la 2018/2019 jugó quince partidos, repartidos entre el primer y el segundo equipo.
En sus últimos seis meses en Portugal (ya cedido por el Barcelona) muchos han seguido sus pasos, encontrándose con un jugador excelso. Aporta muchísimo desde la banda, bien sea por incorporarse a 3/4 con un desmarque propio de extremo a pierna cambiada o, por entregar centros al punta. Los últimos seis meses pudo coincidir con Abel Ruíz, jugador culé que llegó cedido al Sporting de Braga en enero. Con un jugador con ADN Barça, se vio lo que puede aportar al delantero, cuando se incorpora como enganche o segundo punta (semejanza entre Pedri y Trinçao). No desentona jugando con su pierna natural, algo favorable en el esquema de Koeman.
En definitiva, esta temporada va a ser vital para ambos jóvenes, que deben dar un paso adelante y convencer al nuevo técnico. En sus experiencias previas han demostrado tener nivel para el primer equipo y solo queda hacer lo propio en el Camp Nou.