El central brasileño se destapó la temporada pasada como uno de los mejores del mundo en su posición y actualmente, su compañero Koundé, es el preferido para los sevillistas
Espectacular es el mejor calificativo posible para puntuar los tres primeros cuartos de la temporada 19/20 de Diego Carlos. Manchado su último tramo por cometer penaltis en momentos clave, destapó interés por parte de clubes como Liverpool o Manchester City por méritos propios. Ahora, está en un segundo plano en el Sevilla. No por él, sino porque su compañero de batallas, Jules Koundé, es top 3 mundial sin ningún tipo de dudas.
Comparación entre los dos
Diego Carlos fue el que primero llamó la atención. No solo por el gran nivel que mostró, pues su poderío físico, su planta y sus músculos llamaron la atención de los espectadores de la Liga Santander. Cambios de juego precisos, goles en balón parado y defender cada balón como si fuera el último. Después del confinamiento, su nivel se mantuvo en un nueve, pero Koundé pasó del suficiente al diez en esos 11 partidos que se jugaron a puerta cerrada. El francés era otro. Ese nivel, sumado a su edad de 21 años y la espléndida Europa League que realizó, robó los corazones de los sevillistas, que le devolvieron el suyo a Diego Carlos.
¿Se le sobrevaloró?
La respuesta es un no rotundo. Fue tan excepcional la primera vuelta del brasileño en el Sevilla que no dejó ni un solo fallo para hacer creer que era humano y también los cometía, como se vio en Europa League. Se mostraba superior físicamente a todos los rivales; con un solo toquecito los mandaba a la valla. Sorprendió a todo el mundo que un central que se fichó del Nantes a un precio ridículo (15M) en comparación con lo que vale ahora fuera sin discusión el mejor central de toda la Primera división española en más de mitad de temporada.
El problema ha sido la irrupción de su compañero, que todo el que juega a su lado parece inferior. La realidad es que la pareja Koundé-Diego Carlos es una de las mejores del mundo y separados no funcionan igual de bien. Uno más rápido y astuto, y otro más físico y solvente en los duelos. Los dos juntos tuvieron mucha culpa de que el Sevilla hoy sea hexacampeón de Europa y que esté de nuevo en la Champions.
Que no sea ni negro ni blanco. Ni Koundé ni Diego Carlos. Ni ahora es mejor éste ni ahora es mejor el otro. La única misión es disfrutar de esta enorme pareja e intentar mantenerla muchos años, ya que los gigantes (Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Manchester City Liverpool) ya han preguntado por ellos.