Desde la lesión de Sekou Gassama, el Fuenla solo ha conseguido marcar cuatro goles en cinco partidos, solamente ganando un partido
Tras el Real Zaragoza 1-0 CF Fuenlabrada, las dudas, casi nulas, de la falta de gol ‘Kirika’ se confirmó. Lleva más de medio millar de minutos sin anotar ningún gol. Sin su delantero estrella Sekou, los goles no llegan para el conjunto azulón. Y pese al intento de buscar un sustituto interno, todo apunta a que el mejor sustituto es el propio delantero.
Los atacantes de recambio no han dado fruto, ni Kanté; que marcó un solo gol de penalti, ni Nteka, ni Mula; con un gol han conseguido hacer olvidar al senegalés. Y mucho menos Awudu, que no ha jugado más de 180 minutos en estas últimas cuatro jornadas.
Esto lleva al conjunto de Sandoval a la pérdida constante de puntos. Solamente cinco de los quince posibles tras la lesión del delantero. Aunque no es solamente este fallo en la delantera, la cantidad alta de goles recibidos también afecta. Pero estos últimamente no son demasiados, si en cada partido consiguen anotar un gol y no hay nadie quien los meta por ti, las victorias se resisten.
Mercado invernal, posible objetivo
Muchos de los aficionados reclaman que en el momento de la apertura del mercado invernal llegue un punta para anotar tantos. Y que en momentos donde el hasta ahora titular, no esté demasiado acertado o necesite rotación, se tenga algún otro ‘9’ de calidad.
Pese a que no se ha rumoreado ningún nombre, jugadores de la misma categoría y sin minutos necesitan una cesión para jugar. Entre estos jugadores está el ex valencianista Jordi Escobar, que tras la marcha en dirección a la UD Almería no ha jugado ni un solo minuto. Por otro lado, y siguiendo el intento de dar minutos, varios de los equipos de Primera División buscan la cesión de cantera a equipos de Segunda.
En conclusión, la plantilla ha de cambiar en ciertos aspectos para dar lugar al objetivo del club. Y sobre todo, para no seguir decepcionando a la afición. Además de dar esperanza a la plantilla y no hacer que decaiga más la moral del grupo, es decir, que los resultados de los jugadores se animen a sí mismos.