Tras unas semanas de incerteza y de tormenta deportiva y orgánica en los cimientos del Real Madrid, ZZ ha revivido a la plantilla y al club
Zinedine Zidane, el superviviente eterno
No hay otra manera de empezar esta columna que evocando a la enésima resurrección de un entrenador francés que me recuerda a cualquier microorganismo que se enfortece de la debilidad del cuerpo en el que habita, creando una simbiosis que alimenta casi a diario la plantilla del Real Madrid y que la salva, casi por castigo, de todas las crisis que se han presentado.
El ‘bloque’, clave en cada crisis de Zidane
Desde que el galo cogiese relevo al nefasto periodo de Rafa Benítez, la característica del ‘10’ francés ha sido la de encontrar un bloque de 11 + 3 jugadores en la que cohabitar con la plantilla, definiendo unas líneas maestras pivotadas en la intensidad y en el carácter, activos que han sido a veces supletorios a las carencias de juego o incluso, calidad en todas las líneas.
ZZ: el hombre cristalino y raso
En cada situación adversa para Zidane, varios jugadores han salido reforzados y me atrevería a decir que catapultados en cuanto calidad, confianza y escaparate, algo que, como necesario equilibrio ha ido en detrimento de otros jugadores. En este caso y en esta crisis, Isco y Marcelo son los principales damnificados, tanto por falta de ritmo, baja forma, pero sobre todo por encontrar jugadores en estado de gracia en su misma demarcación, algo que el galo no ha dudado ni un segundo en comunicar a dichos damnificados de manera clara y cristalina.
De defenestrado a salvador: la vida de ‘Zizou’
No sé cuantas flores y oportunidades -extrapolables a las siete vidas felinas- tendrá Zidane, pero en todo caso, y en cosa de semanas, ha conseguido devolver a las primeras posiciones a nivel europeo a un equipo que hace escasas fechas estaba siendo vapuleado y destruido y que hoy, parece ser un rival imparable para cualquier entidad.
Simplemente, Zinedine Zidane.
