El fútbol es el deporte rey, uno de los más practicados en el mundo y, en nuestra actualidad, el rey de los virus es el Covid-19
Covid-19, un virus que paralizó el mundo entero. Cuando más fuerte golpeaba no había nada más estar días y días en casa. Privados de muchas cosas. Entre ellas, y como es obvio, del fútbol. En el momento en el que este dichoso virus permitió volver a una cierta normalidad, el fútbol volvió a jugarse. Pero aún con muchas secuelas y con muchas cosas arrebatadas. Como a la vida cotidiana de millones y millones de personas. Por no decir a todas las del mundo.
Nueve meses después de conocerse el primer caso de este desconocido virus, sus secuelas aún siguen coleteando en el fútbol que todos conocíamos. Y que, si la cosa no mejora, estaremos mucho tiempo hasta volver a ver el fútbol de antes.
A todos se nos viene a la cabeza los estadios. El ir durante el fin de semana, lunes, martes o el día que juegue nuestro equipo, al estadio o campo de fútbol. Con el único fin de alentar a los jugadores, disfrutar del espectáculo de fútbol o volver a casa con un enfado monumental tras una bochornosa derrota.
El público, como muchos jugadores o entrenadores han dicho, es el alma del juego. Y sin él, el fútbol pierde su alma y esencia. Bien es cierto que podemos seguir disfrutando de los partidos de nuestro equipo desde casa. Pero no es lo mismo. En muchos estadios la afición ganaba partidos. En esos choques igualados, era la gente el jugador número doce. Los que llevaban en volandas a sus jugadores para hacerse con el triunfo.
Pero el Covid-19 se llevó eso. Nos lo arrebató. Y con ello el factor campo. Así como el temor de los rivales a la hora de jugar de visitantes en una olla a presión. Ha cambiado deporte rey por completo.
No obstante, no es lo único que este se ha llevado. Pues diversas normas han sido modificadas en el fútbol para poder jugar en la actualidad. Los cambios. Pues han pasado de ser, como máximo tres, a poder sustituir hasta cinco jugadores. Simplemente, por el hecho de evitar el excesivo cansancio de la acumulación de partidos.
¿Las plantillas cortas? Casi inexistentes. Las lesiones son mucho más habituales. Y, en caso de que los jugadores sean contagiados por el Covid-19, podrán estar muchas semanas de baja. Hasta que este desaparezca de su cuerpo. Por tanto, y cada vez con más frecuencia, los equipos fichan jugadores o utilizan a la cantera como fondo de armario.
Sin embargo, lo peor que nos ha podido quitar es el sentido común. En una lista de prioridades, el fútbol debería estar de lo último. Por encima de todo se encuentra la salud. Y durante estos nueve largos meses, a veces esto no ha sido así. Se ha querido jugar a fútbol ante todas las cosas. Poniendo en peligro la salud de muchas personas, con medidas preventivas realmente pobres, escasas e ineficaces.
Es muy triste, sí. Los cambios pueden llegar a ser buenos. Pero tratándose de fútbol y salud, preferimos que vuelva lo que teníamos antes. Así que, por favor, Covid-19, devuélvenos nuestro fútbol. El fútbol de antes de la pandemia. La normalidad que todos ansiamos.