El Menino de Ouro dejó el terreno de juego ante el Cornellá tras un escalofriante pisotón. No obstante, el equipo anhela la operatividad que mostró a inicios de curso
En el famoso día de reyes, a los rojiblancos les cayó una corona que ellos mismos se colocaron con sus impecables actuaciones. Todo iba viento en popa, hasta que de nuevo, otro equipo de Segunda B les mandó a casa antes de tiempo. La Copa y el Atleti no están estableciendo una íntima relación estos últimos años, y por ende la afición se preocupa al no dar con la tecla. Aunque más aún preocupa la situación de João Félix.
El cartel de estrella que tuvo desde su llegada al Atlético de Madrid, a priori, parece que comienza a pesarle en exceso. Con tan solo una temporada en la élite, los rojiblancos decidieron desembolsar los 127 millones de euros de su cláusula de rescisión. Semejante desembolso aconteció un tanto enrevesado, ya que por correcta que fuese su temporada de debut, tan solo tenía 19 años.
Sin embargo, fue premiado con el Golden Boy y el portugués apuntaba a ser la brújula de la nueva generación rojiblanca. Una primera campaña con más tiempo en enfermería que jugando y la ausencia de un nueve referencia, le dificultaba su adaptación. Por ende, la directiva incorporó a Luis Suárez, debido a que la necesidad de un delantero centro de categoría era más que necesaria.
Pudimos percatarnos de su brillo junto a un futbolista como Lucho, pero dicha lucidez comenzó a apagarse una vez este faltaba. João se ha encontrado más libre con partidos a espacios abiertos y con los arrastres de centrales de Luis Suárez. Así, el luso maneja a su antojo y el fútbol del Atleti pasa por sus botas, llegando a ser nombrado como el mejor futbolista del mes de noviembre de La Liga Santander.
Al Golden Boy le sobra magia y carece de participación en el verde. Cuando tiende a encontrarse con su mejor versión, una circunstancia u otra le perjudica. Si João quiere ser un futbolista diferencial, deberá mejorar su relación con la regularidad. Una vez esta mejore, João recuperará el cetro.