El equipo txuriurdin ha ganado sin problemas a los alaveses en un partido marcado por la vuelta de la afición
152 días después volvía el fútbol con público a Anoeta. Cerca de 5.000 personas han presenciado el primero de los tres amistosos que va a jugar la Real Sociedad en su casa. Las ganas de ver al equipo se podían ver desde horas antes del choque, con camisetas, bufandas y ambiente pre partido inundando el barrio de Amara. Había muchas ganas de ver por primera vez en persona a los campeones de Copa, y más aún en un amistoso clásico de verano como ha sido este Real Sociedad – Alavés. Los txuri-urdin, aún sin piezas clave como Isak, Oyarzabal o Silva, recibíam a un Alavés que se está preparando a conciencia la temporada que empieza en apenas un mes.
Nada más entrar el público al estadio el ambiente era espectacular. Desde el primer momento la afición de la Real estuvo animando, dentro de las posibilidades que permitían el protocolo. A más de uno se le pondría la carne de gallina en el himno. Y mucho más en las alineaciones.
La Real ha salido con Remiro en portería; Aritz y Pacheco en el centro de la defensa, Gorosabel y Aihen en los laterales; Turrientes, Roberto López y Robert Navarro en el centro del campo, y arriba Januzaj, Barrenetxea y Carlos Fernández. Por su parte, el Alavés de Calleja se atrevía de inicio con Pacheco en portería; Duarte, Ximo, Laguardia y Martín en defensa; Manu García, Tomás Pina, Pere Pons e Iván Martín en el centro, y arriba la dupla Guidetti – Lucas.
Primera parte descafeinada
Ya con el balón rodando, ha sido la Real quien desde el comienzo del partido ha estado más metida en el choque. Saliendo desde atrás con el balón y realizando presión alta tras pérdida, con mucha descarga en los extremos Barrenetxea y Januzaj. El belga ha estado variando entre la banda derecha y la media punta, intercambiándose con Robert Navarro. En el minuto 7 llegó el primer gol de la Real tras una jugada en banda izquierda de Barrenetxea, que le dejó el balón a Januzaj en la frontal, y con un disparo con la derecha batió a Pacheco que no estuvo fino a la hora de repeler el disparo.
En el minuto 15, tras un saque de puerta de Pacheco y una jugada llena de accidentes y trompicones, John Guidetti se quedaba solo contra el portero y tras escaparse el balón fuera, ha caído derribado por Remiro en un penalti dudoso que ha terminado señalando el árbitro. El penalti lo transforma Lucas Pérez fuerte a la izquierda de Remiro que adivina el lado pero que no puede hacer nada por evitar el empate a uno.
Lo restante de la primera parte ocurrió sin que ninguno de los dos equipos consiguiera dar un paso adelante. En la Real, Januzaj ha sido la única pieza del puzzle que daba un poco de vidilla a la cosa. El belga está ahora mismo un nivel por encima del resto, y se nota en cada balón que toca. Pero como siempre, el bueno de Adnan se queda en los destellos y poco más. Carlos Fenández aduvo desaparecido por el terreno de juego, y no fue hasta el final cuando se le vio tocar un par de balones. A Robert Navarro se le vio con algo de chispa, pero intermitente. Barrenetxea muy bien en banda, cumpliendo y aportando en cada internada hacia el centro. En defensa se pudo ver a un Aritz Elustondo firme y un Pacheco que se ha adaptado muy bien al encuentro.
Un Alavés animado
Por su parte, el Alavés tuvo momentos en los que parecía tomar las riendas del encuentro sin demasiado éxito. Manu García fue sin duda el jugador estrella de los babazorros en la tarde de hoy, dirigiendo al equipo como un mariscal, con conducciones de balón con las que traspasaba líneas enemigas sin ningún obstáculo. El sueco Guidetti estuvo muy peleón, incordiando a la defensa donostiarra en cada disputa. Ximo y Laguardia cerraron muy bien filas, aunque este último dejó un par de recados a Januzaj que han dejado al belga dolorido en el suelo. De hecho, en una de esas acciones ha llegado el segundo gol de la Real, tras botar la falta el belga de manera fuerte desde una distancia de 40 metros, y que tras cabecear Carlos Fernández y despejar el portero alavés, le ha caído la pelota a Jon Pacheco y a bocajarro ha fusilado para irnos al descanso con victoria por la mínima de la Real.
Cambios y destellos
En la segunda parte, la Real cambió por completo el once titular, dejando solo a Remiro sin cambiar. El Alavés por su parte no ha realizado los cambios hasta el minuto 60. La segunda parte ha continuado con la misma tónica que la primera, aunque con una Real más atrevida. Pokorny, el nuevo fichaje para el filial, fue uno de los grandes protagonistas por llevarse un golpetazo en la cara con Lucas Pérez en el primer balón que tocaba, y después por perder todos (o casi todos) los balones que le llegaron. Apenas lleva dos días en San Sebastián, estamos en pretemporada y la adaptación nunca es fácil, pero hoy a Peter le hubiese venido bien una brújula. Todo lo contrario que a Garrido, que andaba como Pedro por su casa por el césped de Anoeta. Muy buenos minutos en la punta, con algún que otro destello que sacó los aplausos de Anoeta. Willian José volvía al que ha sido su hogar en los últimos 5 años, quién sabe si por última vez, para cuajar una buena segunda parte aguantando balones y jugando de espalda a la portería.
Tras los cambios del Alavés en el minuto 60, Loum se llevaba la amarilla tras una dura entrada a Pokorny. En la falta, escorada hacia la banda derecha y cerca del pico del área, un centro fuerte de Garrido que peinaba la defensa para el remate a placer de Zubeldia en el segundo palo que se convertía en el 3-1. A partir de ahí, la Real se desconectó y el partido se fue durmiendo lentamente. El Alavés tuvo varias ocasiones, con un palo incluido de Borja Sainz en el 79. El medio derecho babazorro hizo muy buenos 30 minutos, cayendo a banda y desquiciando a Alex Sola en el lateral izquierdo. En sus botas, y en las de Gagua, estuvo todo el peligro generado en la portería de Álex Remiro. Al final, el colegiado señalaba el final del encuentro 20 segundos antes de que el cronómetro llegase al 90 y el encuentro terminaba con 3-1. Aunque el resultado poco importa con la felicidad absoluta que implica el volver a ver al público en el estadio. Ha vuelto el fútbol.