El Vaticano es uno de los países más pequeños del mundo, sin embargo, el fútbol forma parte de su día a día. Hoy veremos muchas de las curiosidades relacionadas con el mundo del fútbol que envuelven a este micro estado.
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La ciudad del Vaticano, con tan sólo 0.44km² de extensión y con unos 800 habitantes, tiene sus propias competiciones de fútbol. Para saber los orígenes del fútbol en el Vaticano tenemos que retroceder al 13 de Abril de 1946, donde se disputó el primer partido amistoso en la Ciudad del Vaticano. Un año después, en 1947, se disputó un cuadrangular donde 4 equipos inauguraron lo que sería el primer torneo vaticano.
No obstante, el gran salto del fútbol en la Ciudad del Vaticano fue en 1966. Este año se fundó el S.S. Hermes Musei Vaticani, el primer equipo de fútbol fundado en la Ciudad del Vaticano, equipo el cual sigue compitiendo a día de hoy en la liga vaticana. Avanzando un poco más en el tiempo llegamos a 1972, en esta fecha ya hay suficientes equipos para formar el primer campeonato serio del país, este campeonato lo formaron un total de 7 equipos.
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Pero el fútbol vaticano tiene muchísimas curiosidades que han ido apareciendo a lo largo del tiempo. Una de ellas es que los jugadores tienen que ser empleados que trabajen en la propia Ciudad del Vaticano. Respecto a los equipos, son entidades representadas por distintos estamentos del Vaticano, es decir, los equipos están formados por empleados del periódico, de correos, de la policía, etc. El primer equipo en conseguir la primera liga vaticana fue L’Osservatore Romano, club que pertenece a los empleados del periódico de este país.
Actualmente la liga consta de 8 equipos, pero ninguno tiene campo propio, ya que todos los partidos de liga, copa y supercopa, esta última creada en 2007, se juegan en Roma, en un pequeño estadio perteneciente al oratorio San Pedro. La duración de los partidos también es distinta al resto de ligas, ya que los partidos duran 50 minutos, es decir, los partidos se dividen en dos partes de 25 minutos con un descanso de 5 minutos entre ambas partes.
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En cuanto a traspasos, si algún jugador quiere abandonar el equipo donde juega, puede fichar por cualquier otro a lo largo de la temporada sin ningún problema, pero tienen que cumplir dos requisitos, el primero, como hemos visto antes, es trabajar en el Vaticano, y el segundo, es pagar una cuota de 10€ al año. Esto es distinto en el caso de los porteros. Los porteros son los únicos jugadores que pueden jugar sin pertenecer a ninguna entidad de la Ciudad del Vaticano y, además, puede ser inscrito en cualquier momento de la temporada, siempre y cuando se inscriba 24 horas antes del próximo partido.
Por lo que concierne al reglamento de la liga, se encuentran normas donde se aconseja el uso de espinilleras por el juego duro de los partidos y se pide a los jugadores que tengan comportamientos acordes a la doctrina católica. En cuanto a las tarjetas, en esta liga existe una tarjeta más, la tarjeta azul. La tarjeta azul se muestra cuando un jugador expulsado pide perdón. En este caso la sanción será sólo de 5 minutos. Además, un jugador puede ser amonestado con tarjeta amarilla si en algún momento blasfema.
Pero en la Ciudad del Vaticano no sólo se celebran torneos nacionales, sino que anualmente se celebra la Clericus Cup, un torneo a nivel mundial donde participan 16 escuelas en las que se encuentran jugadores de más de 65 países. Los jugadores suelen ser seminaristas que estudian para ser sacerdotes católicos romanos.
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Sin ninguna duda, el fútbol en la Ciudad del Vaticano es muy distinto al del resto de países del mundo, pero esto es una muestra más de que el fútbol está presente en todos los rincones del planeta, incluso en uno de los países más pequeños del mundo.