Los focos mediáticos han comenzado a enfocar hacia un nuevo nombre. Eduardo Camavinga comienza a deslumbrar a todos con su frescura y sorprendente juego
El jugador debutó con el Stade de Rennes a finales de la campaña 2018/2019. Y, con la temporada actual aún por finalizar, se ha convertido en dueño y señor del centro del campo del equipo galo. De hecho, ya son varios los equipos que hacen cola en las oficinas del combinado francés, preguntando por la disponibilidad del joven centrocampista.
Pero Camavinga es una estrella inusual. El jugador del Stade de Rennais tiene apenas 16 años, por lo que es, por el momento, un estudiante más de la secundaria del país vecino. Es por ello que el jugador alterna los entrenamientos del primer equipo con sus clases matutinas.
El jugador francés comenzó a destacar ya en las categorías inferiores del club rojinegro, donde llegó en el verano de 2013, asentándose como una de las mayores promesas del club de Rennes.
Asimismo, y con la intención de explicar la situación de Camavinga, hemos de situarnos en el esquema de juego del equipo francés. Eduardo ocupa la posición de pivote defensivo, situándose justo por encima de la línea de tres centrales, siendo acompañado por dos interiores y dos carrileros, que les sirven balones a los puntas de lanza.
El francés es jugador que abarca mucho terreno. Posee un prominente físico y una gran velocidad. Asimismo tiene una gran habilidad con el balón en los pies, ayudando excesivamente en la salida de balón. Su gran visión de juego, ayudado de su excelente toque con la pierna izquierda, hacen de Camavinga un jugador dominante en el centro del campo.
Defensivamente es un jugador muy inteligente, que se posiciona en el sitio que el equipo necesaria y que siempre sabe cuando entrar a robar el balón. Su fuerza y físico le ayudan en labores ofensivas, así como la agilidad y velocidad. Su perfil es muy similar a Kanté, salvando las distancias por el momento. Ambos son jugadores muy inteligentes, con cierta capacidad asistente y un trabajo continuo en las dos áreas.
El Stade de Rennais tiene un diamante en bruto. Que, a pesar de su excelente futuro, ya tiene un excelso presente. Este chico, dentro de unos años, estará en el Olimpo del fútbol mundial.