El portero donostiarra marcó una generación entera
Hubo una época en que los porteros eran seres sobrenaturales. Panteras de portería capaces de dejarse las rodillas en cada salto, perder parte de la piel en campos infames realizando paradas inimaginables, y soportando la presión de los antiguos estadios de fútbol con la mayor endereza posible. Uno de sus mayores referentes fue don Luis Arconada. El portero de la Real Sociedad fue ídolo de una generación entera, y marcó un antes y un después en la portería española.
Líder bajo palos
Arconada lideró la mejor Real Sociedad de todos los tiempos debajo de su portería. El capitán consiguió con el club de sus amores 2 ligas, una Copa del Rey y una supercopa de España, además de llegar a las semifinales de la copa de Europa. También logró nada menos que 3 trofeo Zamora consecutivos entre los años 1979 y 1982. Pretendido por muchos equipos, Arconada siempre se mantuvo en la Real, amando sus colores cada minuto que jugó con la elástica txuriurdin. Uno de los mayores One Club Men que ha tenido la Real Sociedad.
Un fallo para la historia
El error cometido en la final de la Eurocopa de 1982 en una falta lanzada por Platini que se le escapó por debajo de las piernas le ha condenado a lo largo de los años. Sin embargo, ese fallo no hace justicia ni siquiera al torneo que realizó Arconada aquel año. El arquero salvó al equipo en todas las eliminatorias, siendo el mejor hombre del partido en cuartos y semifinales. Sin Arconada, España nunca podría haber soñado siquiera con levantar esa copa.
Un portero único
Tras Arconada tan solo Zubizarreta e Iker Casillas han hecho sombra al portero donostiarra. Muy pocos podrán estar a su altura, pues el estilo de portero que representaba ha ido desapareciendo. Cada vez los porteros se parecen más entre sí, altos por naturaleza, obligándoles a jugar bien con los pies, salir de la portería más y ser completos en todo. Ya no hay sitio ara aquellos que eran superdotados en saltos, sin ser precisamente altos, y que se tiraban todo el partido bajo palos, saliendo cuando había que salir y llevándose por delante a quien había que llevarse. Pero no pasa nada, tuvimos a Arconada.