Una vez finalizada la temporada del descenso del Girona, la faena en las oficinas empezó y de muy mala manera.
Fuente: Girona FC |
Fue acabar la Liga, y jugadores como Portu, Bounou o Stuani pensaron rápidamente en salir del club. Quique Cárcel intentó todo para aguantar el bloque que había llevado al Girona hacia Primera División. Quería convencer a jugadores como Juanpe, Pere Pons, Portu, el goleador Stuani y al capitán Àlex Granell para que se quedasen en el club.
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La segunda, la más dolorosa y significativa, fue la del gerundense Pere Pons. El jugador no quiso jugar en Segunda División y fichó por el Deportivo Alavés. Una baja inesperada, el jugador de la cantera, el jugador de la ciudad, el jugador que a la gente del Girona le gustaba llevar su camiseta. Pere siempre había estado en los malos y buenos momentos, y dejaba el club de su vida para ir a Vitoria y así poder seguir creciendo como jugador profesional.
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Una de las otras bajas inesperadas ha sido la de Pedro Porro. El jugador abandonaba el club para poder fichar por el Manchester City. Pese a su fichaje por el club de Guardiola, esta temporada Porro jugará en el Valladolid en calidad de cedido. Esta marcha fue sorprendente, ya que el Girona había conseguido retener al jugador durante todo el verano. Un jugador de la cantera, prometedor y con sacrificio, abandonaba el club que le había dado la oportunidad de jugar en Primera División.