River y Boca empataron sin goles en un Monumental repleto. Ambos equipos firmaron un partido denso que acaba con sensaciones agridulces. Tanto Alfaro como Gallardo deberán de corregir fallos pensando en el cruce de la Libertadores.
Fuente: Boca Juniors |
River salió a ponerle su sello al partido, pero se encontró con la doble línea de cuatro xeneizé, que con nombres como el de Daniele de Rossi o Marcone iban a poner las cosas difíciles en el centro del campo. Boca, acomodado por las lesiones de Ramón Abila, Zárate y Salvio, realizó un planteamiento defensivo con la idea de frenar el juego de River, pese a renunciar a su estilo habitual.
Los primeros minutos fueron dominados por el conjunto millonario, que se hizo con las facetas del ataque tras un impecable juego de pases. La sala de máquinas dirigida por un confiado Enzo Pérez, y la velocidad de los extremos, De la Cruz y Nacho Fernández, izquierda y derecha correspondientemente, amenazaban el área rival con certeros balones aéreos. El conjunto del «Muñeco» Galardo adquirió una clara superioridad numérica por las bandas.
Fuente: River Plate |
Al malestar de Boca Juniors se le sumaba la inseguridad de Izquierdoz en el eje defensivo, lo cual le costó la tarjeta amarilla tras una pérdida a escasos 30 metros de la portería.
Pasados los primeros 25 minutos de juego, el guion del partido no cambiaba. Los tímidos contragolpes de Capaldo no frenaban la velocidad de De la Cruz y los remates de Borré, que a punto estuvo de marcar con una volea que se marchó ligeramente desviada.
La idea de Boca era clara. En el ataque, jugar balones largos para aprovechar la velocidad de Hurtado, o los balones parados, que llegaban como agua bendita. Y en tareas defensivas, cortar la circulación de river, en lo que cumplieron los dos pivotes, Marcone y De Rossi.
Fuente: Boca Juniors |
Se llegaba al final de los primeros 45 minutos, con un juego más cortado y con menos continuidad de River, gracias a la seguridad mostrada por los hombres de Alfaro. Boca se iba con 4 amonestados, entre ellos la pareja de centrales, Izquierdoz y Lisandro López.
Otro implicado fue el delantero venezolano, Hurtado, que realizó una peligrosa plancha a Paulo Díaz. Dicha acción fue sancionada con tarjeta amarilla, lo cual causó un descontento en el banquillo local. River en cambio se iba con un solo apercibido, pero aquí no importa la cantidad, sino la calidad, ya que Enzo Pérez se jugaba la expulsión.
El juego era condicionado por las diversas interrupciones, propias de un partido de este calibre, que nadie quería dejar escapar con 0-0 en el marcador y todo un mundo por delante.
Fuente: Boca Juniors |
Ya en el segundo tiempo, River recuperaba el ímpetu de los primeros minutos. Las ganas mostradas en el terreno de juego se contagiaron a la hinchada que calentaba el ambiente. Este arreón inicial de los locales fue acompañado por las claras ocasiones de De la Cruz y Martínez Cuarta, que estuvo a punto de inaugurar el marcador con el interior de la bota izquierda.
La posesión era nuevamente favorable para River, pero la velocidad de MacAllister iba a ser el pulmón que le faltaba a Boca. El árbitro se adueñó de los próximos 10 minutos de juego.
La polémica originaba de una avanzada de Milton Casco dentro del área, tras un pase en profundidad de Borré. Capaldo salía al corte y Casco caía dentro del área, para el colegiado no hubo contacto, esta decisión no fue de agrado para los riverplatenses.
Fuente: Boca Juniors |
Una nueva acción polémica llegaba en el minuto 52, cuando Enzo derribaba a Jan Hurtado en un contraataque del conjunto Xeneize. El árbitro no sancionó la acción y quedó en un simple lance del juego. Esta falta pudo haber significado la expulsión del centrocampista.
Al acabar el partido el árbitro Fernando Rapallini explicó ambas acciones.
«En el planchazo de Jan (Hurtado) me tapa el mismo jugador, son acciones muy rápidas, la de Enzo no me pareció falta, Jan choca con él.» – Fernando Rapallini.
Finalmente ambas acciones no repercutieron en el transcurso del encuentro, y esto se cumplía cuando escasos minutos después llegaba la primera ocasión clara para los visitantes. Un disparo cruzado de Hurtado que finalmente se marchaba rozando el poste defendido por Armani.
Fuente: Boca Juniors |
El despertar de MacAllister contagiaba a Capaldo en el centro del campo, pero nuevamente la calidad era condicionada por el tenso momento que se vive en un superclásico, y las ganas se convertían en frustración.
Se antojaba un partidazo con todas las letras, tanto en el terreno de juego, como en las tribunas. El frío invernal de Buenos Aires se convertía en un cálido ambiente futbolístico. El cronómetro corría y el empate se mantiene. Para los Xeneizes (que por arañar unos minutos acabó Andrada amonestado) el tiempo pasaba lento, para los Millonarios demasiado rápido.
Nacho Fernández le ganaba la partida a Fabra, y en un aventurado contragolpe llegaba el centro raso al punto de penalti que Borré golpeó mansamente, para la tranquilidad de Boca. El primer cambio del partido era ordenado por Gustavo Alfaro. En el minuto 60 iba a entrar el internacional colombiano Villa por Jan Hurtado, el venezolano no cuajó un buen partido.
Fuente: Boca Juniors |
River hacía la réplica 6 minutos después, cambiando a la referencia en el área, Lucas Pratto, y dando entrada a un delantero con un perfil más veloz como es Matías Suárez. Una ecuación sencilla, aprovechar los espacios. Ambas incorporaciones cumplían con su función, Matías Suárez con su balones aéreos, y Villa con su desborde.
Se antojaba la recta final del partido y el marcador reflejaba el juego de ambos equipos. Alfaro ordenaba la entrada de Carlos Tévez, que sustituyó a Alexis MacAllister, la entrada del Apache no era solo un plus en el ataque, sino un plus en el corazón del equipo. Tanto la incorporación de Carlos Tevez, como el ingreso de Reynoso por De Rossi era una señal de que Alfaro iba a intentar llevar más pólvora al arco local.
Fuente: Boca Juniors |
Una de las ocasiones más claras del partido llegaría de la bota de Carlos Tevez. Una carrera de Villa facilitada por el espacio generado en la banda derecha, cobraba sentido cuando Milton Casco cometía una falta en el costado del área, a la altura del punto de penalti.
Un lanzamiento envenenado del 10 obligaba a un impecable Franco Armani despejar a córner. Si el partido iba sistemas marca de la casa, no podía faltar la entrada del delantero de River, Ignacio Scocco, que, al igual que Tevez iba a significar un peligro en el área rival.
River finalizó el encuentro como lo empezó, pero sin arañar el opaco sistema de Alfaro. Ambos clubes se marchan con la mirada puesta en el reencuentro de la Libertadores.