Isco parecía tener su futuro y su cabeza fuera de la dinámica del Real Madrid, pero su partido frente al Atalanta parece haber cambiado las tornas
Isco Alarcón parecía condenado a salir del Real Madrid en los próximos meses. Su rendimiento había bajado considerablemente y su estado de forma no era el mejor posible. También su actitud mostraba un fuerte desinterés por su parte, no estaba aprovechando sus minutos y la afición ya parecía haberla tomado con él. Todos estos factores hacían pensar que el malagueño podía poner fin a su etapa como jugador merengue, donde llegó en 2013 procedente del Málaga CF.
Esta campaña, el centrocampista solo había jugado 17 partidos, dando solo una asistencia y sin anotar ningún gol. Además, el malagueño no estaba rindiendo a su mejor nivel. Sin embargo, su último partido en Champions League frente al Atalanta parece haber cambiado las tornas en cuanto a su rol. Ante las importantes bajas con las que contaba el cuadro blanco, Zidane decidió posicionar a su pupilo en una posición distinta. El francés nos había acostumbrado a posicionar a Isco como interior, como extremo o como mediapunta. Sin embargo, el entrenador blanco lo posicionó como falso nueve.
Este movimiento táctico de Zidane despertaba críticas por la inclusión en la parcela ofensiva de Isco, aunque tácticamente fue todo un acierto. Ante los previsibles espacios que el cuadro italiano dejaría atrás, colocar al malagueño como lanzador de contraataques con dos autenticas balas como Vinicius y Asensio. Estos espacios se acabaron con la expulsión de Freuler en el minuto 18, pues los italianos optaron por cerrar su defensa y no conceder espacios al Real Madrid. Sin embargo, Isco siguió brillando ante esta falta de espacio, dejando destellos de su enorme talento y desprendiendo una actitud que no se le había visto hasta ahora.
Esta actuación europea parece haber concedido otra oportunidad al jugador de 28 años de quedarse en el club merengue. El malagueño siempre ha sido uno de los jugadores predilectos de Zidane. El francés siempre ha confiado en conseguir devolver al malagueño a su mejor nivel y su confianza en el jugador parece eterna. Si Isco consigue mantener el nivel mostrado y empieza a acumular titularidades y minutos, puede ser el fichaje perfecto para este final de temporada blanca.