Emre Mor fue el fichaje más caro de la historia celeste y nunca ha rendido al nivel esperado, por ello, el Celta quiere desprenderse de él cuanto antes
El futbolista de procedencia turca es el claro ejemplo de que el talento en el fútbol no te asegura el éxito. De que la calidad si no va acompañada de trabajo, esfuerzo y constancia sirve de bien poco. Es una pena que nos perdamos jugadores con tremendas aptitudes para estar en lo más alto de la élite, porque si se quisieran podrían ser lo que dudo que llegue a ser Emre Mor, un crack.
Coudet no lo quiere ni en pretemporada
l cuadro vigués tiene un tapón en el tope salarial y quieren ‘largar’ a Emre Mor cuanto antes para que se acabe esta pesadilla. Coudet no lo quiere ni ver en los entrenamientos por lo que se está ejercitando solo mientras el resto están de gira por Marbella.
El futbolista turco ha contratado a Mino Raiola para manejar la situación ante una posible salida a la Superliga Turca. Tanto el club como el jugador estarían dispuestos a negociar sobre su futuro ya que Emre Mor querría volver a Turquía y ’empezar de cero’.
Fortuna, fiesta y fama
Esta es la que yo llamo la triple F. Fortuna, fiesta y fama. Son los tres factores con los que tiene que lidiar toda joven promesa. La mayoría de jóvenes con estas tres cosas no consiguen centrarse en lo verdaderamente importante (el fútbol en este caso) y terminan perdiendo el norte. Sólo algunos son los que mantienen los pies en el suelo y se esfuerzan para convertirse en los mejores dejando de lado el dinero, la nocturnidad y la popularidad.
La situación de Emre Mor es idéntica a la de otras jóvenes promesas que se estancaron en el ostracismo cuando tenían una carrera brillante por delante. Nombres como el de Alexandre Pato, Mario Balotelli o Anderson pecaron del mismo plato.
El problema de arriesgar en un fichaje
En el fútbol, salvo excepciones, no existen fichajes buenos ni malos, sino altos o bajos rendimientos. Pueden rendir al nivel esperado, por debajo o por encima de las expectativas, pero siempre independientemente de cómo lo hayan hecho en el pasado. Por mucho que un futbolista haya brillado en su ex equipo, no siempre es sinónimo de que triunfará en su nuevo club.
Esto mismo le sucedió a Emre Mor. El Celta de Vigo ingresó 13 millones de euros a las arcas del Borussia Dortmund por hacerse con los servicios del turco en la campaña 17/18. Era una apuesta que podía salir o muy bien o muy mal. Y salvo algún que otro destello, no ha alcanzado una regularidad en su juego que le permitiera ser una pieza importante del equipo.
Ante el bajo nivel demostrado, fue cedido en busca de reivindicarse primero al Galatasaray y posteriormente al Olympiakos. En cualquier caso, no pareció valer de mucho ya que ambas veces volvió igual o peor de como se había marchado.
Con aún 24 años y una larga (si él quiere) carrera por delante, Emre Mor está cada vez más lejos de Balaídos y todo lo que rodea a la entidad celeste. Probablemente su futuro sea en Turquía, donde buscará tranquilidad y jugar sin presión, algo de lo que ha crecido en los últimos años.