Hamilton y Verstappen volvieron a tener un accidente en el GP de Italia
Cuando hay un golpe entre dos pilotos que se están jugando el mundial, los aficionados de la Fórmula 1 suelen dividir su opinión sobre quién tiene la culpa. Y es lo lógico. Al final, por muy incidente de carrera que sea, siempre hay alguien que tenga un poco más de culpa que el otro. En estas líneas quiero quitarle responsabilidad a Hamilton y a Verstappen, que obviamente también la tienen, y fijarme en la permisividad continua de la FIA a lo largo de la temporada. Esa fue la razón principal del accidente de Monza.
Las carreras son así y los accidentes existen. Sin embargo, hay que indagar un poco en ellos porque, si vemos los encontronazos que han tenido Hamilton y Verstappen a lo largo de la temporada, muchos de ellos tienen un parecido más que razonable. Hay una corriente muy poco ética que defiende este tipo de competición que están manteniendo. Y es que parece que ya no tiene por qué respetarse el espacio en los adelantamientos. Parece que ahora lo normal es defender posición dándole a elegir a un rival entre levantar o irse por fuera de la pista para evitar el accidente. Y la FIA lo permite.
Sin irnos muy atrás, el propio Verstappen lo hizo con Hamilton en la primera vuelta en Monza, en la variante de la Roggia. Llegaron emparejados al primer vértice y el holandés no dejó espacio suficiente, por lo que el británico se vio obligado a saltarse la chicane, con la consecuente pérdida de posición con Norris. Esto la FIA lo permite. Permite estrangular al piloto que está rueda a rueda hasta echarle de la pista con tal de defender posición.
Esto ya lo hemos vivido esta temporada más de una vez. Verstappen se puso líder en Cataluña después de no dejar espacio a Hamilton en un mano a mano. Así como en Imola, donde pasó al británico en la salida obligándole a saltar por las bananas disuasorias.
Sin embargo, la bomba explotó en Silverstone, cuando Hamilton tocó a Verstappen en Copse y provocó un fuerte accidente que acabó con el holandés en el hospital y con el británico ganando en casa a pesar de la sanción impuesta. De nuevo, la FIA se mostró impasible ante estas acciones excepto en Gran Bretaña, donde aplicó una penalización a Hamilton que, como ya he dicho, no le privó de ganar la carrera. Solo sancionan cuando hay accidente.
En Monza pasó lo que tenía que pasar. Todas estas acciones con el sello de «o levantas o te quedas fuera» eran la mecha de una bomba que estaba a punto de estallar. Esta vez fue Hamilton el que cerró la puerta completamente con Verstappen en el interior. Sin embargo, en vez de evitar el accidente como hizo el británico en otras ocasiones y en ese mismo gran premio, Max quiso hacer la curva por las buenas o por las malas. Y cuando se hace un adelantamiento así y uno no levanta, acaba en accidente. Y eso pasó.
Si los pilotos ven que se puede hacer, evidentemente lo van a hacer. La FIA había permitido todo lo anterior hasta llegar a este momento y lo mejor que se les ocurrió fue una ridícula sanción de tres puestos en parrilla a Verstappen cuando, realmente, era un incidente de carrera provocado por la propia negligencia de la Federación.
Los dos pilotos que se están jugando el mundial son dos bestias que harán lo imposible por ganar este título. Van a ir siempre al límite del reglamento porque, al final, ir al límite es legal, y la FIA lo está gestionando terriblemente mal. Ya se han decidido mundiales por accidentes entre los líderes del campeonato y no se debe descartar que se pueda ver algo así este año.
Hay que aprender que en las carreras lo más importante es el respeto. Con respeto, la competición es maravillosa, pero a la FIA parece que se le ha olvidado. Hay que poner de ejemplo el duelo de Alonso y Russell en Austria. Ellos demostraron que se puede mantener una pelea limpia y espectacular por posición. Siempre dejando el espacio justo para que el otro no se vaya fuera. Esas son las carreras de verdad.