El noveno Mundial se hizo esperar hasta un total de cinco años pero no ha defraudado y nos dejó una nueva estrella en el firmamento
La clasificación ya deparó tres nuevos debutantes. Angola, Venezuela y la anfitriona, Lituania, iban a competir por primera vez en el Mundial de Fútbol Sala. Algunas tuvieron más fortuna que otras y consiguieron hacer gestas históricas.
Angola no logro sumar ningún punto en un grupo complicado. Lo mismo le sucedió a la selección europea que fue encuentra con la sorpresa, Venezuela.
La gesta de Venezuela
La Vinotinto realizó una historia que seguro que se recordará en el país entero. Con todos los problemas que tenía la nación el poder apoyarse en un deporte eran lo que necesitaban. Así pues, Freddy González y su cuerpo técnico hicieron de su selección una arma de doble filo.
El primer partido fue el debut entre los novatos. Venezuela venció por 1-2 y parecía que podía llegar a entrar como tercero, lo que nadie se esperaba fue lo siguiente. La victoria volvió ante Costa Rica, una selección con mucha más experiencia, así ya tenían la clasificación en su bolsillo.
El empate ante Kazajistán sobre la bocina fue el colofón a una fase de grupos impecable para una nueva Venezuela. Clasificaron como segundos del grupo A y el sueño seguía adelante.
En octavos esperaba otro segundo, en este caso Marruecos. Fue aquí cuando se despertaron y tras un 2-3 cayeron. Pelearon hasta el último segundo pudiendo empatar el partido y yéndose a la prórroga. Hicieron que los aficionados nos quitásemos el sombrero y alegraron a un país hundido en la miseria.
Una fase de grupos sin demasiados sobresaltos
Hasta cuatro selecciones lograron hacer el pleno de victorias y sumar los nueve puntos. Argentina, Brasil, Rusia y España, aunque los dirigidos por Fede Vidal dejaron más dudas que las otras. La resolución de los partidos ante Angola y Japón fue complicada y sufrieron en exceso.
Los grandes aspirantes al título accedieron a octavos de final, ya fuese como segundos o primeros. Uzbekistán fue el más tuvo que sudar la gota gorda. Tras caer derrotado ante Guatemala y Rusia se la jugaron todo al último partido. La victoria contra Egipto provocó un triple empate en el Grupo B que terminó con los uzbekos clasificados y Guatemala y Egipto fuera.
Las goleadas fueron sonoras y contundentes. EEUU abandonó el torneo con 22 tantos en contra destacando el Argentina 11-0 EEUU o el EEUU 0-7 Serbia. Actuación similar fue la realizada por las Islas Salomón quien encajó la misma de cantidad de goles repartidos por seis de Marruecos, nueve de Tailandia y siete de Portugal.
El partido alocado
Uzbekistán 8-9 Irán. El festival terminó con el bronce de Colombia logrando el pase a cuartos. Hubo goles desde el minuto uno hasta el minuto cuarenta. En ningún momento hubo calma en un partido marcado por los saques de centro.
Fueron los vencedores del partido quienes comenzaron adelantándose en el partido con un tanto de Hassanzadeh. La primera parte acabó con cuatro goles en tres minutos colocando en el luminoso un 3-4. Aunque, si el final de los veinte minutos iniciales fue intenso el final fue apoteósico.
A falta de diez para el final, parecía que Irán lograba una ventaja sustanciosa con el 4-8, nada lejos de la realidad. Uzbekistán se acerca a una distancia de dos goles cuando tan solo descontaban tres minutos. El noveno gol de los iraníes parecía indicar que el combate se había acabado.
Uzbkistán, creado a base de guerras ante Rusia y todos aquellos países con sufijo -istán, no se iba a rendir. Rakhmatov y Hamroev ponían la emoción cuando tan solo restaban unos pocos segundos. Cualquier cosa podía haber sucedido en el partido más goleador del torneo. Finalmente, fue Irán quien logró la clasificación a cuartos de final.
Unos octavos cautelosos
Tan solo Argentina y Kasajistán lograron la clasificación de manera contundente. En el duelo sudamericano entre argentinos y paraguayos, la albiceleste vapuleo con un 6-1. Los asiáticos barrieron del 40×20 a una Tailandia muy «blandita» con un claro 7-0.
España y Rusia parecieron dejar cerrados sus partidos y que no sufrirían en exceso, nada que ver. La Selección de Fede Vidal realizó una gran primera mitad anotando cuatro goles ante una pobre República Checa. Los checos consiguieron hacer daño en una segunda mitad donde La Roja desapareció, aún así 5-2 y a cuartos. Los rusos sufrieron un gol de Phạm Đức Hòa a un minuto del final y sufrieron para guardar el 3-2 ante Vietnam.
Brasil, favorita a ganar el título mundial, sufrió mucho ante la tercera del grupo E. Japón llegó a los instantes finales con un 3-2 en el marcador poniendo contra las cuerdas a la pentacampeona. Pero Kato en propia puerta terminó con cualquier aspiración nipona de dar la machada.
Marruecos había vencido ante la ‘Novata’ Venezuela que ya había hecho historia. Ya solo quedaba Portugal. Los lusos querían darle emoción al encuentro ante, la tercera, Serbia. No tuvieron suficiente con cuarenta minutos que querían los cincuenta. Pany Varela por partida doble certificó la victoria, recuerden este nombre es muy importante. A pesar de un posterior tanto de Matos en propia Portugal estaba en cuartos de final tras vencer 4-3.
Unos cuartos con mucha historia
El primer encuentro nos dejó, de nuevo, una Brasil bastante floja. Marruecos se plantó de forma firme sobre la pista azul. Un gol de Rodrigo daría la victoria a los brasileños ante un encuentro bastante sólido de ambos encuentros en defensa. La campeona africana era la primera en despedirse del torneo.
Argentina 1 (5)-(4) 1 RFU
El plato fuerte del día fue el segundo partido. Rusia y Argentina se veían de nuevo las caras como en aquella final en Colombia en el Mundial de 2016. Los rusos con ganas de revancha, los argentinos a demostrar por qué llevaban la estrella en el pecho. Los tantos de Cuzzolino y Antoshkin pusieron emoción a un encuentro que se fue a la prórroga.
Después de que ambos equipo llegasen a las cinco faltas el partido iba encaminado a los penaltis. No querían que se decantase con un portero jugador como en la última cita mundialista.
Fueron los actuales campeones quienes parecían que iban a ganar tras el fallo inicial de Abramov; sin embargo de Stazzone en el cuarto ponía el empate. Fallaba Cuzzolino y parecía que Rusia se iba a tomar la venganza, para nada, Chishkala erraba y se iban a la muerte súbita. Fue en el séptimo cuando Nicolás Sarmiento se convirtió en héroe en Argentina y villano en Rusia atajando el penalti a Rômulo. Argentina ganaba y Rusia caía, planteándose un cambio de técnico tras el fin de un ciclo.
España 2-4 Portugal
El camino de una generación terminó de forma brusca y repentina. Tras ir venciendo dos cero a menos de diez minutos nadie se podía esperar que La Roja terminase cediendo una prórroga. Era la segunda de los lusos quienes ya tenían algo de experiencia en situaciones de ultimátum.
Fue en el minuto tres del extra time cuando un despeje de Raya acabó en gol. El balón cogió una parábola endiablada a la que Jesús Herrero no pudo reaccionar. Ya con el portero jugador de Adri caería el cuarto y último del partido.
Otra vez al igual que sucediera en la Eurocopa de 2018, Portugal vencía a España. De forma injusta según el punto de vista de algunos pero al fin y al cabo el juego consiste en meter la «pelolita» más veces en la portería rival y esa fue Portugal.
Irán 2-3 Kazajistán
El último partido dejaba a dos selecciones que buscaban dar la sorpresa como en Colombia lo hizo Irán. Precisamente, fueron ellos quienes se pusieron en una ventaja de dos cero en la primera mitad.
Kazajistán debía ir a por todas y eso precisamente iba a hacer. Una ayuda de Samimi allanó el camino quien introdujo el balón en su portería. Posteriormente, Knaub lograría el empate y a tan solo un minuto para el final, Taynan daba la victoria a los europeos. El tercero del último Mundial caía también.
Unas semifinales de infarto
Brasil 2-1 Argentina
El clásico sudamericano, la final de la Copa América, un duelo de altas alturas. La campeona contra la aspirante a campeonar, el partido. Desde el momento en el que Argentina eliminó a Rusia ya se sabía que este iba a ser uno de los encuentros del torneo.
Vaporaki y Borruto iban a poner en ventaja a la selección albiceleste. Ferrao a falta de tres minutos para el final del primer tiempo iba a meter a los cariocas en el partido. A partir de ahí entre poco y nada para destacar. Argentina pasó ante una Brasil realmente pobre, como venía mostrando a lo largo de toda fase del K.O.
Portugal 2 (4)-(3) 2 Kazajistán
Pany, el héroe contra Serbia, ponía en ventaja a los lusos. Cuando el cronómetro ya estaba a punto de mostrar el 00:00 Kazajistán anotó el tanto del empate. Nurgozhin dio alas a una selección que estaba en la lona y con la cuenta por el nueve.
Tras la vuelta al 40×20 después del intercambio de campos y el frenesí vivido, Douglas puso el segundo de los kazajos. Se volvería a repetir de nuevo la historia pero en esta ocasión favoreció a los portugueses. Coelho colocaba el empate en el marcado a dos cuando solo restaba un minuto.
Tras un fallo por cada uno de los equipos tan solo restaba el quinto y último penalti. Knaub erraba y todo quedaba en los pies de Brito. El portugués no falló y metió el penalti y a Portugal en la final.
La gran final
Llegó el momento, era el último partido, todo se jugaba a un cara o cruz entre Argentina y Portugal. Ya sabíamos que Brasil se había llevado el bronce tras vencer a Kazajistán en la batalla por el tercer puesto. 3 de octubre de 2021 a las 19:00 horas, las miradas estaban puestas en el Zalgiris Arena, Kaunas.
El partido comenzó de la peor forma posible para el aficionado al futsal. Borruto propinaba un puñetazo en la boca del estómago a la estrella del equipo rival, Ricardinho. El combinado luso pidió el challenge y después de que los árbitros tuvieran que ver la jugada más de diez veces decidieron echar al argentino.
La final se le ponía realmente complicada a la albiceleste al no poder rotar en la posición del pívot. Otra consecuencia fueron los dos minutos en los que Argentina estuvo con un jugador menos. A raíz de eso, Pany, el héroe, anotó justo cuando Santi Basile regresaba a pista para suplir la inferioridad numérica.
El partido se marchaba al descanso con victoria momentánea lusa. Argentina estaba mermada y Portugal lo quería aprovechar de nuevo. Fue Pany quien logró volver a marcar gol tras un fallo defensivo de Claudino.
El argentino quiso hacer un Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como. Nada más sacar de centro, regateo a dos, se escoró un a banda derecha y armó la pierna. El resultado fue un disparo inapelable que entró por la escuadra.
El encuentro estaba caliente y tan solo faltaban diez minutos. Argentina estaba volcada pero se notaba en demasía la falta de rotación en el pívot. A pesar de ello las tuvo de todos los colores para poder anotar.
Restaba minuto y medio cuando Matías Lucuix pidió el challenge. Parecía que la decisión estaba clara, penalti por mano de un jugador luso dentro del área. Los aficionados nos habíamos hecho a la idea y los comentaristas lo aseguraban. Todo pintaban bastos para Portugal cuando, sorprendentemente, los árbitros no decretaron nada.
Con portero jugador desde el minuto quince de la segunda mitad, la portería portuguesa estaba siendo asediada. Los argentinos con su carácter de no querer rendirse no iban a tirar la toalla y hasta el último segundo tuvieron el empate. Disparo raso de Santi Basile, un milisegundo que pasó como una eternidad, hasta que se estrelló contra el palo y sonó la bocina que indicaba que Portugal era la nueva campeona del mundo.
Un mundial con nombres propios
Ricardinho, uno de los mejores jugadores del mundo, consiguió coronarse con su Selección con el máximo prestigio, la estrella. El cinco veces mejores jugador del mundo merecía acabar su carrera futbolística llevando a su país a lo más alto del fútbol sala.
Matías Lucuix, el entrenador de la albiceleste. Se rompió en 2012 y ya no pudo volver a jugar, peor aún, se dudaba si podría volver a andar. Volvió y le recomendaron sacarse el título de entrenador que ofrecía la Comunidad de Madrid. Desde entonces y hasta ahora ha llevado a Argentina a la final del Mundial y estuvo cerca de ganar la final. Además, en la entrega de medallas le puso la suya a Lucas Tripodi quien no pudo estar en el Mundial por lesión.
Ferrao, máximo goleador del torneo. Nueve goles a pesar del poco nivel mostrado por los brasileños en las rondas de eliminación. Ayudó en todo lo posible y llevó a la Selección Carioca al bronce Mundial que no era lo esperado pero algo fue.
Pany, fue el héroe de Portugal durante todo el torneo y anotó los dos tantos que dio la victoria en la final. Balón de plata, Bota de plata y medalla de oro, ni nada más ni nada menos.
Ahora deberemos esperar otros tres años para poder ver el siguiente Mundial. El destino aún está por determinar pero sabemos que disfrutaremos de un buen fútbol como ha ocurrido en este.