El Getafe ha pasado un 2021 sin pena ni gloria en todos los sentidos, si lo comparamos con años anteriores
Un año 2021 bastante mediocre es lo que ha obtenido el Getafe. Los azulones apenas han podido competir en nada durante el año. La lucha por la permanencia y los desastres en Copa del Rey es lo que resume este año gris de los madrileños.
Inicio de año regular
El Getafe recibió el 2021 con una dura derrota frente al Valladolid, la cual certificó la crisis por la que estaba pasando el club. Ya comenzaban a resonar los rumores de un posible cese a Bordalás por la mala dinámica del club. De hecho, este año 2021 fue el resultado de un desgaste del equipo que ya venía de lejos.
El drama del descenso estaba cerca, pero las victorias contra Elche y Huesca fueron una auténtica bombona de oxígeno. Sin embargo, la Copa del Rey no fue bien para el Getafe, que perdió ante el Córdoba por 1-0. No obstante, a los azulones se les venía dando mal la Copa desde hace ya temporadas atrás, una dinámica que ha continuado este año.
A partir de ese tramo el final de temporada del Getafe fue toda una tragedia griega. Los resultados no acompañaban y al Getafe le costaba un mundo rascar puntos. El juego de Bordalás se estaba quedando obsoleto y los azulones veían más cerca que nunca los puestos de descenso.
De esta forma, el equipo solo consiguió dos victorias en 16 jornadas, lo cual dejaba a los azulones en una posición muy complicada. Sin embargo, la salvación todavía era viable y el Getafe dependía de sí mismo para mantener la categoría.
La alegría de la salvación
El Getafe llegó a la jornada 37 jugándose la permanencia frente al Levante. Si los madrileños ganaban conseguían la permanencia, pero de darse otro resultado dependerían de sus rivales. Huesca, Valladolid y Elche eran los otros equipos implicados.
El partido arrancó muy bien con el gol de Aleñá en el minuto 13, se veía luz al final del túnel, pero aquella temporada los azulones estaban condenados a sufrir. Gonzalo Melero anotó el gol del empate en el 30′ y todo Getafe se mordía las uñas al verse otra vez metidos en el pozo.
Los minutos pasaron y el partido parecía abocado al empate, pero una estrella salió al campo para cambiarlo todo: Takefusa Kubo. El nipón llegó a Getafe con la esperanza de demostrar lo que valía, pero Bordalás nunca depositó en él mucha confianza.
En esta ocasión el alicantino le sacó de revulsivo y este cumplió con creces. Con un auténtico golazo en el 84′ le dio al equipo la salvación en el último momento. La alegría invadió el Coliseum al ver que esta temporada por fin se acababa con final feliz.
De esta forma el Getafe terminaba la temporada con luces y sombras. Contentos por la permanencia, pero con una campaña realmente mediocre en cuanto a juego y resultados. Además, se hizo oficial que Bordalás no continuaría en el banquillo, poniendo fin a una trayectoria increíble con los azulones.
Nueva temporada, misma mala dinámica
Tras la marcha de Bordalás se hizo oficial que Míchel sería el nuevo entrenador del equipo. La ilusión de su regreso se acentuó con el mercado de fichajes, ya que llegaron buenos jugadores como Vitolo, Aleñá o Florentino Luis. Más tarde se fueron incorporando más hombres, todo hacía pensar que este año el Getafe podría hacer más cosas que el curso pasado.
Sin embargo, la realidad fue bien distinta. El inicio liguero fue un auténtico desastre en todos los sentidos, con un equipo que apenas competía. Las 8 primeras jornadas de liga dejaron al Getafe como el principal candidato al descenso, y no es para menos, ya que los azulones apenas logaron un empate.
Los goles era la cuenta pendiente del equipo, al cual le costaba un mundo llegar a portería con peligro. Con esta crisis que vivía el club se decidió destituir a Míchel para enderezar la situación. El Getafe se convirtió en un barco sin rumbo perdido en medio del mar.
Quique Sánchez Flores, la última esperanza
Quique Sánchez Flores fue el elegido para sacar a los azulones de ese pozo sin fondo en el que se habían metido. Las cosas estaban muy mal, pero eso no asustó a un Quique que había llegado para mejorar las cosas.
El inicio fue duro, aunque se empezaron a ver brotes verdes en el equipo. Para empezar, la actitud de los jugadores era muy diferente y el estilo de juego cambió. A todo ello se le sumaron los resultados, que poco a poco empezaban a ser positivos.
Sin duda Quique cambió el vestuario y frente al Espanyol se logró la primera victoria de la temporada. A partir de entonces los azulones se subieron a una ola de la que no se han vuelto a bajar. Ya son 5 jornadas seguidas en las que el Getafe no pierde y apenas ha encajado un gol.
La actitud, el mayor acierto de cara a puerta y la disposición de juego han sido las claves de esta mejoría en un equipo que estaba muerto. Quique dio con la tecla y los jugadores respondieron con mejores actuaciones.
Sin embargo, la Copa del Rey no ha sido lo mejor para Quique y los suyos. Estamos hablando de una de las peores actuaciones del Getafe en toda la historia de la competición. Los azulones fueron humillados frente al Atlético Baleares, que les metió 5 goles y siendo muy superiores.
La tarde de Darío Poveda
Sin embargo, el año ha terminado de la mejor forma posible tras el partido contra el Osasuna. El Getafe, si ganaba, podría salir del descenso por primera vez en toda la temporada. Costó de lo lindo sacar los tres puntos, con un Osasuna muy férreo. Pero el cabezazo de Darío Poveda en el 93′ será recordado por bastante tiempo.
El calvario por el que pasó Poveda esto últimos años culminó con un gol que le ha servido al Getafe para mantener la esperanza. Con todo ello, el año termina para los azulones mejor de lo que se esperaba. Ahora se espera que 2022 sea un año que deje a los azulones un año más en la Liga Santander.
