La bipolar relación de Lopetegui con Munir pasa ahora mismo por uno de sus peores momentos
Es muy complicada de analizar la estancia de Munir en el Sevilla desde que es entrenado por Lopetegui. Rachas que ni siquiera es convocado, de repente pasa a ser titular, rinde y vuelta al banquillo. Así sucesivamente. Nunca se ha hecho público ningún conflicto interno entre entrenador y jugador más allá de alguna pulla por redes sociales del marroquí la temporada pasada, pero es evidente que no es de los preferidos del preparador vasco.
Casi dos meses sin pisar el césped
Munir no se viste de corto desde el pasado 20 de marzo, cuando disputó media parte contra la Real Sociedad. Desde entonces, el Sevilla ha jugado cinco partidos -en los que el equipo no ha estado bien- sin la presencia del ex del Barça. Precisamente, esa fecha coincide con el regreso de Lamela tras lesión, que viene desenvolviéndose por donde lo puede hacer Munir.
Antes de esto, encadenó varios partidos con titularidades e incluso goles importantes. Obras suyas fueron el gol que dio la victoria en el derbi ante el Betis y el que llevó de ventaja el Sevilla a Londres frente al West Ham.
Y es que los números no mienten; siempre que Munir cuenta con algo de continuidad, rinde. Posee algo de lo que carecen los atacantes del equipo: el oportunismo, olfato y capacidad de encontrar el gol más fácil. Es el jugador con mejor promedio de gol de toda la era Lopetegui, sin ser nunca, ni mucho menos, un jugador importante en los planes del mismo.
Fichajes, vuelta de los lesionados y esquema
Las llegadas de Martial y Tecatito no benefician a Munir, que desde el primer día de la llegada de ambos ha partido por detrás de ellos. Tuvo su oportunidad con las lesiones de Lamela, Suso, Ocampos y el propio Martial. Oportunidad que, viendo el pobre nivel que ofrecía la plantilla, fue aprovechada. Ahora, con todos salvo el gaditano -que le queda nada- recuperados, Munir tendrá muy complicado disputar algún partido en lo que resta de Liga.
Tampoco el esquema utilizado por Lopetegui beneficia a sus características. No es un ‘9’ referencia como le gusta al exseleccionador ni tampoco un extremo al uso, aunque no ha desentonado cuando ha jugado ahí. Es un tipo de atacante complementario a la referencia, como jugó ante el West Ham con En-Nesyri al lado y, Julen, muy raramente usa este esquema.