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Arabia Saudí: fútbol, dinero, sportswashing y la búsqueda del poder

El impactante protagonismo actual de Arabia Saudí en el mundo del fútbol arrastra detrás diversas causas y objetivos

Arabia Saudí se ha convertido en el principal tema de conversación ahora mismo en el fútbol europeo. Los saudíes han atraído a varias estrellas mundiales con ofertas estrafalarias y se empieza a sentir una amenaza para las ligas de élite del balompié mundial, que no pueden competir económicamente contra ellos.

Ante esta aparición, surgen muchas preguntas. A continuación, se a explicar quién está detrás de los clubes saudíes, cómo llegamos hasta este punto, los motivos de los clubes saudíes en este codicioso plan y muchas más interrogantes.

El PIF

Para empezar a hablar de todos los movimientos que ha llevado a cabo Arabia Saudí en el mundo del fútbol en los últimos años, primero debemos entender qué es este organismo. El PIF es el Fondo de Inversión Público de Arabia Saudí. Es decir, es un fondo de inversión estatal. El Estado saudí destina una parte del dinero público del país al PIF. Y además, éste invierte en diferentes negocios y empresas, tanto a nivel nacional como internacional.

El PIF es manejado por Mohamed bin Salman, príncipe heredero y máximo gobernante de facto de Arabia Saudí. Después de bin Salmán, el segundo en la cadena de mando del Public Investment Fund sería Yasir Al-Rumayyan, quien actualmente es también el presidente del Newcastle United.

Yasir-Al-Rumayyan presenciando el duelo entre el Newcastle y el Manchester City.

Se estima que los activos totales del PIF tienen un valor aproximado de 650 mil millones de dólares. Lo que lo convierte en el séptimo fondo soberano más rico del mundo. Entre las compañías donde tienen inversiones, se encuentran Uber, Disney, Boeing, Nintendo, Bank of America, SoftBank Group, entre muchas más.

Compra del Newcastle

La primera gran aparición saudí ante la mirada pública del fútbol se remonta a poco menos de hace dos años. Cuando el PIF concretó la compra del Newcastle United. Este hecho fue celebrado por la mayoría de los aficionados del club. Mientras los nuevos propietarios prometían un proyecto ambicioso que sigue en construcción, pero que ya da sus frutos. En cuestión de dos temporadas, las Urracas ya se clasificaron para la Champions League.

Desde su llegada, el PIF se ha encargado de llevar al club al siguiente nivel en todos los aspectos. No sólo han inyectado el capital necesario para llevar al equipo a la parte alta de la Premier League, sino que además han construido instalaciones con la mejor tecnología y comodidades que con los anteriores propietarios no se podían ni soñar.

Jugadores del Newcastle saludando a los aficionados desplazados.

No obstante, la aparición del Reino saudí en la Premier League no dejó a nadie indiferente. Llovieron las críticas a la Premier League, EFL y el Gobierno del Reino Unido por su poca rigurosidad en el control de la llegada de nuevos dueños al fútbol inglés, pues Mohamed bin Salmán y el PIF arrastran denuncias por violaciones de derechos humanos.

La “estatización” del fútbol saudí

Tras la compra del Newcastle United, el mes pasado el PIF tomó su decisión más importante hasta el momento en el mundo del fútbol. El fondo soberano saudí compró el 75% de las acciones de los cuatro clubes con mayor tradición en la liga nacional: Al-Nassr, Al-Ittihad, Al-Hilal y Al-Ahli. A partir de entonces, las Juntas Directiva de estos clubes están conformadas por siete miembros, cinco de los cuales son elegidos por el PIF. Además, otros clubes ahora tienen de accionistas a empresas estatales o empresas donde el PIF tiene inversiones.

El objetivo del PIF con esto es simple. Buscan inyectar dinero en los clubes nacionales y tener el poder de decisión sobre éstos para poder fichar a grandes estrellas del fútbol mundial y así elevar el nivel y popularidad de la liga saudí.

A partir de aquí se puede entender todo el protagonismo de los clubes saudíes durante las últimas semanas del mercato. Con la ventana de traspasos aún lejos de cerrarse, Arabia Saudí ya ha fichado a jugadores como Karim Benzema, Roberto Firmino, N’Golo Kanté, Rúben Neves, Milinkovic-Savic, Kalidou Koulibaly, entre otros.

Relación con el Chelsea

El Newcastle no es el único club de la Premier League relacionado con Arabia Saudí; según un informe del Daily Mail hace un año, el PIF es accionista mayoritario del fondo de inversión estadounidense, Clearlake Capital. Este fondo de inversión compró una parte mayoritaria del Chelsea (60%) en mayo del año pasado, con Todd Boehly como cara pública del grupo asumiendo la presidencia del club londinense.

Por su parte, desde Clearlake Capital niegan que el PIF haya tenido participación en la compra del club. No obstante, es cuanto menos curioso revisar cómo está siendo el mercado estival del Chelsea en el aspecto de ventas.

Jugadores del Chelsea y el Newcastle salundándose al finalizar el encuentro.

Los blues llegan al verano urgidos de vender jugadores. La enorme inversión de la temporada pasada los obligaba a vender para no correr peligro con el Fair Play Financiero y aligerar una plantilla donde ya no cabía nadie más. Los londinenses han visto salir a varias figuras del equipo, como Kai Havertz (Arsenal), Mason Mount (United) o Kovacic (City). En la lista de transferibles figuraban muchos jugadores, entre los que estaban Kalidou Koulibaly y Edouard Mendy. Estos dos han encontrado nuevo equipo en Arabia Saudí, respectivamente en Al-Hilal y Al-Ahli, dos de los cuatro clubes que son propiedad del PIF en el país.

“Me preocupa la gestión de fondos de Clearlake Capital para el Public Investment Fund (PIF). Sabíamos que los saudíes estaban ‘en la oficina de atrás’ en Clearlake, y siempre me sentí un poco mareado de que fueran los dueños de Newcastle. Es muy complicado con Chelsea”, expresó Jon Smith en CaughtOffside. Y agregó: “Todo el mundo sabe que PIF es Arabia Saudita, es solo su brazo corporativo y no creo que sea algo malo. Creo que lo están viendo desde el punto de vista futbolístico. Hay muchos caminos enrevesados ​​hacia la multipropiedad, pero creo que el de Clearlake se pasa de la raya. Ese es el que me hace sentir un poco incómodo”.

¿Es la irrupción de la liga saudí comparable con la liga china?

La aparición protagónica del fútbol saudí en el mercado de fichaje se ha relacionado con la entrada en escena de la liga china. Y, si bien es cierto que comparten algunas características y objetivos, sólo coinciden en los aspectos más generales. Por ejemplo, ambos buscan aumentar el nivel y prestigio de sus ligas, así como también incentivar el interés de los ciudadanos en el fútbol. Pero se encuentran grandes diferencias entre un caso y otro, sobre todo en los métodos.

En China, el Gobierno tomó medidas para alentar a empresas privadas a invertir en el fútbol nacional y así elevar su nivel, pero nunca invirtieron dinero público. Los inversionistas vieron una oportunidad y se manejaron enormes cantidades de dinero que llevaron a estrellas del fútbol al país asiático. Sin embargo, la pandemia dejó muy tocados a los sectores de las empresas dueñas de los clubes. Se decidió imponer un límite salarial y la liga terminó yéndose a pique.

En el caso de Arabia, es el propio Gobierno el que está invirtiendo en la liga. Y no sólo invierte, sino que toma las decisiones dentro de los cuatro clubes nombrados anteriormente. Por ello, y teniendo en cuenta la enorme riqueza del PIF, el proyecto saudí parece tener una estructura más sólida y con menos probabilidades de derrumbarse en un futuro.

Arabia va más allá del fútbol

El fútbol no es el único deporte donde el dinero saudí está teniendo una influencia e impacto; de hecho, no es el deporte donde los planes del Reino tienen más éxito y trascendencia. Siguiendo la misma hoja de ruta, Arabia Saudí se ha abierto un hueco en muchos deportes, convirtiéndose en figura principal en muchos de ellos, siempre a través de las mismas tácticas y con el dinero como arma. Es el golf el deporte que mayores cambios ha sufrido con la aparición del país del Medio Oriente.

Hace un año, el PIF fundó LIV Golf, un circuito profesional destinado a competir con los dos torneos más importantes de este deporte, el PGA Tour y DP World Tour. Los saudíes comenzaron ofreciendo enormes cantidades de dinero a los mejores golfistas del mundo y consiguieron atraer a muchos jugadores de élite -tal y como está sucediendo actualmente en el fútbol-. Ante la presión de perder relevancia, los dos circuitos de mayor tradición y prestigio alcanzaron un acuerdo con el PIF para fusionarse. Cabe resaltar que el nuevo ente encargado de manejar el golf a nivel mundial será presidido por Yasir Al-Rumayyan, actual presidente del Newcastle United y gobernador del PIF.

Arabia Saudí tiene también una gran presencia en deportes muy populares, como el ciclismo, Fórmula 1, entre otros. Ya han albergado peleas de boxeadores de élite, como es el caso del multicampeón británico, Anthony Joshua. Además, recientemente han tenido conversaciones para una posible inversión en el ATP World Tour.

Otro sector donde han ganado protagonismo es en los deportes electrónicos. Arabia Saudí actualmente es la sede de Gamers8: The Land of Heroes, el torneo de Esports más grande a nivel mundial. La competencia se lleva a cabo en la capital, en Riyadh, en una zona de entretenimiento construida en 2019 que cuenta 220 acres de superficie.

Simon Chadwick, profesor de deporte global y economía geopolítica, habló sobre la influencia actual de Arabia Saudí en el mundo del deporte. “Impulsados ​​por una combinación de petróleo, los consultores más brillantes de Manhattan y el celo disruptivo de Mohammed bin Salman, nunca antes habíamos visto algo así. Una estrategia deportiva unida e hiperconectada en la que todas las inversiones están destinadas a servir un propósito mucho mayor“.

¿Por qué?

La pregunta más importante al hablar de los planes del Reino saudí en el deporte mundial es acerca de las intenciones detrás de sus inversiones. La lógica nos lleva a pensar que estos desmesurados gastos -que no generan ganancias económicas- esconden unas razones de mayor peso.

“Los rendimientos deseados de Mohammed bin Salman no son dividendos financieros. Sino una combinación de influencia global, cambio de marca y limpieza de imagen , así como entretenimiento y distracción a nivel nacional“, explica el Dr. Khalid Aljabri, cardiólogo y empresario saudí residido actualmente en Estados Unidos.

Como indica Aljabri, los objetivos detrás de Arabia Saudí son varios. Uno de ellos tiene que ver con la conocida y milenaria práctica de ‘Pan y Circo’. El 70% de la población del país no supera los 35 años y el deporte es uno de los principales entretenimientos entre la gente joven. “La gente está loca por el fútbol. Todo esto es como un niño en una tienda de dulces para ellos“, cuenta Antonio Cazorla, segundo entrenador del Al-Ettifaq, a El País. “Hay que facilitarles la diversión y el acceso a la modernidad occidental. Con una excepción: la democracia“, afirma Jean-Baptiste Guégan, autor de Qatar, dominando a través del deporte: Geopolítica de una ambición.

No obstante, pensar que usar el deporte de élite como distracción nacional es la principal aspiración del Gobierno saudí es aún una conclusión simplista. Esta sigue siendo la punta del iceberg y detrás hay motivaciones de mayor peso y mucho más ambiciosas que explican el porqué de los movimientos del Estado a través del PIF.

Sportswashing

Una de las principales búsquedas de Arabia Saudí es lavar su imagen a través del deporte. “La inversión del PIF en deportes que no se ven ni se juegan dentro de Arabia Saudita es otro ejemplo de por qué estas inversiones son principalmente para cambiar la imagen del Reino y comprar influencia, no para mejorar la salud pública nacional o diversificar la economía”, dijo Aljabri en The Athletic.

Mohammad bin Salman y el Reino saudí arrastran una enorme cantidad de acusaciones por abusos o violaciones de derechos humanos. Entre ellos, encontramos el caso de Salma al-Shehab. Una mujer que fue sentenciada a 34 años de prisión en agosto del año pasado por su actividad activista y crítica contra el Gobierno saudí. “Es indignante que a Salma al Shehab, estudiante de doctorado de la minoría chií de Arabia Saudí y madre de dos hijos, se le haya impuesto una pena cruel e ilegítima simplemente por publicar en Twitter y retuitear a activistas que apoyan los derechos de las mujeres”, dijo Diana Semaan, directora adjunta en funciones de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte.

En Arabia Saudí sigue existiendo la pena de muerte. A inicios de 2022, llevaron a cabo una ejecución colectiva de 81 hombres. Entre estos hombres, se encontraban algunos acusados de terrorismo, mientras que otros fueron declarados culpables de “desestabilizar el tejido social y la cohesión nacional” y de “promover y participar en sentadas y protestas”; Michelle Bachelet, comisionada de la ONU para los derechos humanos, afirmó que 41 de esos hombres “habían participado en protestas antigubernamentales en 2011-12, pidiendo una mayor participación política”.

Asesinato de Jamal Khashoggi

Cuando hablamos de las acusaciones al Estado saudí, es obligatorio hablar de Jamal Khashoggi, un periodista saudí colaborador de The Washington Post. El 2 de octubre de 2018, Khashoggi acudió a la Embajada saudí en Estambul para buscar unos papeles requeridos para poder casarse con su prometida, Hatice Cengiz. Sin embargo, Jamal nunca salió de esa Embajada.

La inteligencia turca concluyó que el periodista fue asesinado con premeditación dentro de la Embajada por un grupo de agentes saudíes. Estos llegaron a Estambul a horas de la madrugada del mismo día en un avión procedente de Riyadh. Según los informes turcos, Jamal fue estrangulado poco después de entrar a la Embajada y posteriormente fue descuartizado. Sus restos aún no han sido hallados. La CIA ha acusado públicamente a Mohammed bin Salman, gobernador de facto de Arabia Saudí, de haber dado la orden de asesinar al periodista. Este era muy crítico con el Reino en sus columnas en el Washington Post.

En primera instancia, el Gobierno saudí negó que Jamal Khashoggi hubiese sufrido algún ataque e incluso aseguraron que salió de la Embajada sano y salvo. No obstante, las cámaras -que sí lo vieron entrar- nunca lo vieron abandonar la Embajada. “No hace falta decir que su familia en el Reino sigue muy preocupada por él, y nosotros también”, declaró Khalid bin Salman, Embajador saudí en Washington y hermano de Mohammed, durante la semana de la desaparición de Khashoggi.

Un tiempo después, la versión oficial saudí cambió y confirmaron que enviaron un equipo de 15 hombres a Estambul, con la misión de llevar a Khashoggi de vuelta a Arabia Saudí, pero fue asesinado accidentalmente tras una pelea en la Embajada. Finalmente, admitieron que se trató de un asesinato premeditado, pero niegan que Mohammed bin Salman haya dado la orden o esté implicado de alguna forma en ello.

Visión 2030

Aún así, algunas personas explican que los planes van más allá. El periodista Bradley Hope dice que “no creo en el término sportswashing; parece demasiado simplista para lo que está sucediendo en Arabia Saudí. Está ansioso por superar la asociación con el asesinato de Khashoggi y la guerra en Yemen. No creo que el apoyo de Arabia Saudí a los deportes realmente cambie la opinión de la gente sobre esos eventos“.

Aquí entra en escena la Visión 2030. Se trata de una hoja de ruta diseñada por el Gobierno saudí para que la economía del país deje de ser dependiente del petróleo. Hay planes supremamente ambiciosos para potenciar sectores como el industrial o el turismo. Además, están por construir megaproyectos de nuevas ciudades, por lo que es crucial atraer a masas extranjeras, ya sea como turistas o nuevos residentes. “Es muy importante para Mohammed bin Salman hacer de Arabia Saudita un destino turístico y los deportes son un gran imán para los viajeros internacionales. MBS tiene planes para hacer de Arabia Saudita un lugar como ningún otro en la tierra”, explica Hope.

“A medida que se acerca 2030 y los ‘giga-proyectos’ avanzan hacia su finalización, Arabia Saudita necesitará millones de nuevos residentes y visitantes para poblarlos si quieren cumplir con las expectativas de MBS”, declaró el Dr. Ulrichsen en The Athletic.

Si se compara con los niveles de inversión en otros proyecto de la Visión 2030, el gasto en el deporte mundial representa apenas una pequeña parte, casi mínima. “En escala, la inversión en deporte no es nada”, explicó un consultor británico que ha formado parte de un proyecto de Visión 2030 a The Athletic. Y agregó: “¿Has visto NEOM (nueva ciudad inteligente)? Están construyendo un nuevo país: 500 mil millones de dólares y apenas hay un ladrillo en el suelo“.

“Crear conciencia sobre cómo Arabia Saudita está cambiando, especialmente entre los visitantes e inversionistas adinerados. Y generar interés en el Reino como destino, ya sea a través del golf en Estados Unidos o la inclusión de AlUla en el nombre de un equipo ciclista, puede tratarse de crear flujos de personas y capital necesarios para que los megaproyectos tengan éxito“.

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