El 18 de noviembre de 2020 se celebrará el Draft NBA, y hay muchos nombres interesantes y que podrían ser el #1 de la lista
Siempre es una de las noches más disfrutables en la NBA, y eso que no hay partido. El Draft Lottery es ese momento donde los jóvenes más interesantes del panorama nacional e internacional pueden ser escogidos para entrar a formar parte de la élite del baloncesto estadounidense. Y este año, debido a la pandemia y a la reciente finalización de la temporada, el evento se producirá el 18 de noviembre. Ya hay nombres en la palestra, y algunos muy interesantes.
Anthony Edwards
Nacido en Atlanta, Georgia, Anthony Edwards es, a sus 18 años, uno de los principales candidatos a ser el pick #1 del Draft 2020. Jugando para los Georgia Bulldogs, gracias a sus 1’96m de altura ha sido uno de los mejores bases de la NCAA el pasado año.
Físicamente, es arrollador. Su fuerza y velocidad le hacen letal en transición, y muy fuerte al choque. Puede encestar con ambas manos, y su superioridad física le hace forzar varios tiros libres por partido que suele anotar. Pues tiene un 77’2% de acierto desde esa posición. La temporada pasada, que fue la de su primer año, promedió 19’1 puntos, 5’2 rebotes y 2’8 asistencias por partido, con un 40’2% de acierto en tiros de campo.
El aspecto que mejorar es su capacidad creativa y su lanzamiento a distancia. Con un 29’4% de acierto en tiros de tres se le ve incómodo cuando no se le permite penetrar hacia el aro. Y esta faceta poco anotadora puede pasarle factura en la NBA.
LaMelo Ball
El base californiano es uno de los nombres más mediáticos del Draft. Hermano menor de Lonzo, e hijo de LaVar. LaMello Ball viene de destacar en los Illawarra Hawks, de la liga australiana.
LaMelo ha destacado por su velocidad con bola y su capacidad de visión. En Australia, dada su estatura y sus largos brazos, ha podido dominar partidos con suma facilidad debido al contexto FIBA. Pero verle hacer pases, crear jugadas y ordenar a su equipo es lo que le convierten en un base muy interesante.
Pero que haya dominado gracias a su físico hace que entren dudas. Porque no es lo mismo chocar en Australia que en la NBA, donde las bestias físicas predominan. En este contexto, LaMelo debe crecer en potencia y ganar masa muscular, porque de lo contrario será complicado que imponga su estilo. Y el gran hándicap en contra, aparte de su padre, es su interés por el highlight. Prefiere realizar la jugada del año, aunque sea imposible, que seleccionar un tiro o acción más beneficiosa para el equipo. Algo que puede hacerle perder muchos enteros en el Draft.
James Wiseman
Nacido en Nashville en 2001, Wiseman es un pívot 2’16m de altura que ha jugado para Memphis. Por temas legales y judiciales, la pasada campaña sólo disputó tres partidos. Con un promedio de 19’7 puntos, 10’7 rebotes y 3 tapones, más un 77% en tiros de campo.
Físicamente es un ‘avión’, porque a sus condiciones corporales suma una fluidez y velocidad muy potentes. En rebote ofensivo es donde más hace valer su superioridad (13 en 69 minutos). En transición también hace valer su físico, siendo un jugador dominante y prácticamente imparable en la NCAA. Además, podríamos considerarle un Two-Way Player debido a su impacto defensivo. En los 69 minutos que disputó, puso 9 tapones, y tiene en el rebote defensivo la misma superioridad en el rebote ofensivo.
Pero ha tenido poco rodaje por esos asuntos jurídicos, algo que puede pasarle factura. Además, tiene que mejorar en tiros lejanos, porque no es que tenga la mejor de las mecánicas de tiro. Esa poca eficacia como tirador le hacen bajar puestos debido a la importancia de esta característica en clave NBA. Pero tiene mimbres para mejorar en este aspecto.
Obi Toppin
Nacido en Brooklyn en 1998, Obi Toppin es un ala-pívot que juega para los Dayton Flyers. La pasada campaña, gracias a promediar 20 puntos, 7’5 rebotes, 1’2 tapones. Un 63% en tiros de campo, y un 39% en triples, fue escogido como AP Player of the Year.
El desarrollo atlético que ha tenido es impresionante. Ha pasado de no ser seleccionado para becas de High School, a ser un auténtico atleta de élite. Cerca del aro rival es determinante, destacándose por una gran cantidad de mates. A ello suma 43 de 103 triples en Dayton, cifras que le hacen ser un gran anotador. Domina a la perfección el Pick and roll, y no tiene problema en tirar de lejos, aunque sólo haga 1’6 intentos por partido.
Pero el gran deber que tiene es mejorar defensivamente. No es un defensor pragmático, y en situaciones donde debe enfrentarse al smallball sufre. Como pívot, debe mejorar en esa faceta. Además, hay que sumar que la mayoría de sus triples son con catch and shoot, pero con pocos intentos. Y en una NBA que ha evolucionado hacia el triple, habrá que ver si sus buenas cifras se deben a su calidad de tiro, o a que lo intenta poco.
Deni Avdija
El gran nombre desde Europa es el de Avdija. El israelí del 2001 es uno de los grandes prospectos del Maccabi Tel Aviv, pudiendo jugar como 3 o 4. Ya se le compara con Luka Doncic, pero es algo demasiado exagerado. Sus datos en liga regular son buenos (12’3 puntos y 5’9 rebotes), pero en la Euroliga ha tenido un impacto mucho menor (4 puntos y 2’6 rebotes).
Partiendo de que está todavía por hacer, es un jugador que con bola en mano es muy bueno. Domina muy bien la finalización con ambas manos, y se le ve cómodo cuando porta el balón en transición. Pero donde más destaca es en su capacidad creativa. Es un jugador que asiste y que es más jugador de equipo que individualista.
Si bien en Europa es un baluarte físico, tiene que mejorar mucho en este aspecto para tener un impacto positivo en la NBA. Defensivamente será difícil que destaque, y debe mejorar prácticamente todos sus aspectos anotadores para tener un impacto real. Pero es un jugador con mucho talento y que puede alcanzar un buen nivel en la NBA.
Probablemente, estos 5 sean los nombres más conocidos. Pero hay otros jugadores interesantes como el ala-pívot Onyeka Okongwu (Universidad de USC), el base Cole Anthony (Universidad de North Carolina) o el pívot Udoka Azubuike (Universidad de Kansas). Es cierto que no hay nombres tan atractivos como en años pasados, pero sí que hay mucho diamante por pulir.