Acabada la primera vuelta del campeonato, el lateral almeriense encabeza el ranking de recuperadores de balón
Rubén Duarte, llegado a Mendizorroza en verano de 2017, se ha convertido sin duda alguna en uno de los jugadores más regulares de la plantilla babazorra. Tanto es así que, a día de hoy y con 20 jornadas de liga ya disputadas, puede presumir de encabezar una sección cada vez más valorada en nuestro fútbol.
Esa es la de máximo recuperador de balones, compartida con el veterano central de la SD Eibar Anaitz Arbilla. Con 43 recuperaciones, el 3 del Alavés se ha convertido en un pulpo con más de ocho patas y así mismo en un seguro de vida para una defensa albiazul, que sin lugar a dudas no pasa por su mejor momento de la temporada.
Los años pasan y los números siguen sin engañar
Si bien comentamos que este año se coloca en la ‘pole position’ de recuperadores, no es por pura y simple casualidad. El andaluz ya ha formado parte del top 5 de esta faceta en las dos últimas campañas y por lo visto, no parece que vaya a ser esta la que rompa tal hazaña.
Después de unos inicios para nada fáciles, pasando por Los Molinos y el Polideportivo Ejido para con 13 años recién cumplidos incorporarse a las categorías inferiores del RCD Espanyol, Rubén con algo tan básico como el esfuerzo y la humildad, se ha hecho un nombre en el equipo que apostó por él, el Deportivo Alavés y de la misma manera se ha convertido en uno de los mejores y más destacados rescatadores de posesión de nuestro fútbol.
Del montón se nace, pero no siempre se muere
El lateral de 25 años, habiendo empezado como anteriormente hemos comentado como uno más, ha conseguido relucir entre muchas piedras todavía por pulir. Es así, que desde aquel 7 de enero de 2015, cuando debutó con ‘los pericos’, y más tarde en agosto de 2017 con su actual equipo, siendo traspasado por una cifra cercana a 400.000 euros, ha tenido un crecimiento exponencial, contando a día de hoy con un valor de mercado superior a los 5 millones.
El andaluz, seguirá dibujando su futuro en su querida Vitoria, y por lo que los números reflejan y predicen, lo hará sin un techo capaz de poner fin a una ‘gloriosa’ aventura empezada hace ya más de cuatro vueltas al sol.