El piloto francés se anotó la primera victoria de su carrera después del accidente y de la bandera roja de la primera vuelta
No hay adjetivos para definir lo que ha ocurrido hoy en el Hungaroring. Ha pasado de todo. Bandera roja, los grandes fuera de combate, una batalla titánica entre dos leyendas, un ganador inesperado… La Fórmula 1 es así. Ganó Ocon, con Vettel segundo y Hamilton tercero. El británico ya es líder del mundial gracias al accidente de Verstappen, que solo pudo acabar décimo con el coche roto. Carlos y Fernando lucharon por el podio hasta el final y acabaron cuarto y quinto respectivamente. Mención de honor a los Williams, ambos en los puntos, con Latifi octavo y Russell noveno.
La salida en el Hungaroring fue una partida de bolos sobre pista mojada entre Bottas y Stroll. El finés salió muy mal y frenó demasiado tarde en la primera curva. Se llevó puesto a Norris, que chocó también con los dos Red Bull. Stroll, por su parte, cometió el mismo error e intentó esquivar al mayor número de coches posible, pero se llevó a Leclerc y a Ricciardo por delante. Todos estos nombres formaban parte de la lista de abandonos excepto Ricciardo y Verstappen. Este último vio ondear la bandera roja con el fondo plano de su coche muy tocado. Fue el accidente que marcó toda la carrera.
La prueba se paró para recoger todo el destrozo de los abandonos. La tabla de posiciones era insólita. Hamilton líder, con Ocon segundo y Vettel, tercero. Carlos logró esquivar todo el lío y, tras partir, decimoquinto, llegó a la bandera roja en cuarto lugar, con claras opciones de podio. Tsunoda era quinto, Latifi, sexto; Alonso, séptimo; Russell, octavo; Raikkonen, noveno; y Schumacher, décimo. Verstappen iba a relanzar desde la decimotercera plaza.
La carrera se relanzó de la manera más inesperada. Todos entraron a cambiar a neumáticos de seco. Todos menos Hamilton, que salió él solo, sí, él solo, desde parrilla y con intermedios. Lo nunca visto. Esta situación le hizo parar a la primera vuelta y cayó a la última plaza. Ocon se ponía líder, con Vettel segundo y Latifi, tercero. El canadiense estaba haciendo tapón a Tsunoda, que se veía incapaz de seguirle. Detrás de él llegaban Carlos y Fernando.
Por detrás, Verstappen sudó tinta china para adelantar a Schumacher. Mientras, Hamilton luchaba para seguir los pasos de su rival en el mundial mientras iba marcando vueltas rápidas de carrera. Adelantar se antojaba muy complicado en el Hungaroring y el aire sucio perjudicaba mucho el ritmo de todos los que perseguían de cerca a otro piloto. Al final, Hamilton le ganó la posición a Ricciardo y a Verstappen con un undercut y se colocó noveno por delante de Russell.
La parada de Latifi le vino genial a Carlos. Con aire limpio, tanto Fernando como él empezaron a rodar muy rápido con aire limpio por delante. El podio seguía siendo posible, pero Hamilton se estaba metiendo poco a poco en la lucha con un gran ritmo. Sainz hizo su parada y salió con neumáticos nuevos por delante de Lewis. La lucha por el podio estaba ahí.
Ocon y Vettel hicieron sus respectivas paradas y el francés mantuvo su liderato. Antes de hacer su pit stop, Fernando lideró la carrera con su compañero detrás. Cambió gomas y salió quinto, detrás de Hamilton. Un Hamilton que iba reportando por radio problemas de desgaste en los neumáticos mientras perseguía a Carlos en la lucha por el tercer escalón.
Vettel se puso más agresivo a falta de poco más de 20 vueltas y Ocon empezó a defender su liderato con todo lo que podía mientras los dos españoles y Hamilton se acercaban por detrás. El británico había parado a cambiar neumáticos y llegaba como un tiro por detrás de los dos españoles. Se estaba cocinando un final de carrera muy emocionante.
Lewis llegó a la altura de Fernando. Parecía que iba a ser un adelantamiento fácil viendo el ritmo del Mercedes, pero no. El espíritu de Imola 2005 se apoderó del asturiano, que protagonizó una defensa absolutamente memorable. Alonso aguantó más de diez vueltas a Hamilton, defendiendo paralelos, cerrando puertas, haciendo lo imposible con un coche muy inferior. Una batalla de leyendas en la que Fernando sacó su magia a relucir una vez más. Al final, Hamilton le pasó en la curva 1, y no tardó demasiado en arrebatarle el tercer escalón a Sainz.
Gracias a todo el tiempo que perdió detrás de Fernando, Lewis no ganó la carrera. Ocon le debe la vida a su compañero, y así se lo demostró a Alonso en la vuelta de honor. Pero no hay que quitarle méritos al francés, que logró aguantar la presión de Vettel toda la carrera para llegar por delante del de Aston Martin. El paralelo de los dos Alpine en la vuelta de honor y el abrazo de sus dos pilotos fue la imagen más bonita de la carrera.
