El lateral inglés se encuentra en un estado de forma espectacular y ya es irremplazable en los planes de Thomas Tuchel
El canterano del Chelsea ha firmado un fantástico inicio de temporada que lo ha llevado a convertirse en una pieza clave para el esquema táctico de Tuchel. Su participación está siendo impecable tanto en defensa como en ataque, y su buen golpeo de balón le ha permitido anotar cinco tantos y repartir cinco asistencias en el presente curso.
El estilo de juego de Reece James ha evolucionado positivamente desde que el entrenador alemán está al mando del club londinense. El sistema de juego desarrollado por Tuchel, que destaca por una línea de cinco defensas formada por tres centrales y dos carrileros, ha permitido al lateral londinense jugar tanto de central como en la banda.
Donde ha destacado más ha sido en el carril derecho, ya que lejos del jugador conservador y especialista en centros que vimos sobre todo en la etapa Frank Lampard, nos encontramos ahora con un portento físico, agresivo en el juego de profundidad, que genera numerosas llegadas hasta el área rival en cada partido. Estos factores le han llevado a convertirse esta temporada en el máximo goleador del Chelsea, con cinco goles anotados en 14 partidos.
De la cantera al primer equipo, un camino difícil
Reece James, de 21 años y nacido en Londres, se unió al conjunto ‘blue’ cuando tenía seis años. Su pasión por el futbol le llegó a través de su padre, Nigel James, exfutbolista profesional y entrenador, quién lo guio desde bien pequeño en los conceptos básicos del deporte rey.
Todavía jugaba en un club local, el Kew Park Rangers, cuando su habilidad en el juego a balón parado llamó la atención de los ojeadores del Chelsea. Pronto fue llamado para realizar una prueba en el centro de desarrollo del club, y posteriormente se unió a la academia, donde se encontraban también otros talentos futbolísticos en formación, como Mason Mount.
El lateral londinense fue ascendiendo por las diferentes categorías del club ‘blue’ pero pronto se encontró con los primeros obstáculos. A los 14 años tenía sobrepeso y su moral estaba muy baja. Estos factores afectaron a su juego y, cuando sus compañeros empezaron a recibir contratos profesionales, él no consiguió cerrar ninguno.
Lejos de rendirse, Reece James se vinculó en un riguroso programa de entrenamiento para recuperar su forma y moral. El trabajo duro le recompensó con una versatilidad para jugar en el centro del campo y la defensa, que rápidamente le devolvió su confianza en el terreno de juego.
En la temporada 2017-18 ganó la FA Youth Cup con el juvenil del Chelsea, capitaneando él ese conjunto y recibiendo posteriormente el premio al Jugador del Año de la Academia ‘blue’.
Finalmente, en junio de 2018, el Chelsea le ofreció el ansiado e importante contrato profesional.
Paso fugaz por el Wigan
Al mes siguiente de firmar su primer contrato profesional, Reece James fue cedido al Wigan Athletic, de la tercera división de Inglaterra. Su rendimiento fue clave para que el equipo ascendiera a la segunda división, la EFL Championship, y fue galardonado a final de temporada con el premio al jugador del año.
El debut soñado
Tras su breve paso por Wigan, el 25 de septiembre de 2019 debutó finalmente con el primer equipo del Chelsea. Lo hizo marcando y asistiendo ante el Grimsy Town en la tercera ronda de la Carabao Cup. El partido terminó con victoria ‘blue’ por 7-1 y a partir de aquel día empezó a hacerse un hueco en el equipo que se coronaría campeón de Europa menos de dos años después.
Al cabo de pocas semanas de su debut, el 5 de noviembre, se convirtió en el jugador más joven del equipo londinense en anotar un gol en Champions League. Fue ante un club histórico como el Ajax. Su gol significó el empate de los ‘blues’ en un disputado partido de fase de grupos que terminó 4-4.
Además fue uno de los jugadores clave en el proceso de rejuvenecimiento de la plantilla que, mediante el uso de la cantera, puso en marcha Frank Lampard durante el transfer ban que sufría el Chelsea por entonces.
Un ahorro de 60 millones
Pese a que en estos momento la presencia de Reece James es innegociable en el once de Tuchel, las cosas no eran así hace pocos meses.
Durante el último mercado de fichajes, el entrenador del Chelsea insistió mucho en el fichaje de Achraf Hakimi, jugador del Inter de Milán en esos momentos, para reforzar el carril derecho. Sus argumentos eran la necesidad de un carrilero explosivo y con gol, y pese a que el marroquí prefirió fichar por el PSG, Reece James ha acabado por convertirse en ese jugador que Tuchel requería en verano.
Esto sin duda no ha sido solo positivo para el jugador, que ha podido desempeñar un papel protagonista en el carril. También lo ha sido para el propio club, ya que el fichaje de Achraf habría costado unos 60 millones de euros, cifra que pagó el PSG por él. Este ahorro monetario ha sido clave para mantener una buena situación financiera en un mercado de traspasos en el que el club londinense acabaría desembolsado más de 100 millones de euros por Romelu Lukaku.
Con la mirada puesta en el próximo encuentro
Si todo transcurre con normalidad y el jugador se encuentra disponible para jugar, Reece James formará parte en el once inicial del Chelsea para el partido del domingo que viene. El conjunto de Tuchel se enfrentará ante un miembro del Big Six, el Manchester United, que disputará su primer partido de liga de la presente temporada sin Ole Gunnar Solksjaer en los banquillos, tras su reciente destitución.