El chileno Claudio Bravo ha sido, para muchos aficionados guipuzcoanos, uno de los mejores guardametas en la historia del club.
Cuando hablamos de la portería de la Real Sociedad nos viene a la cabeza el nombre de uno de los mejores arqueros de la historia de La Liga y de España, ni más ni menos que el de Luis Arconada. Pero al que otros muchos recordamos con cariño es a Claudio Bravo. El chileno se convirtió en el primer arquero sudamericano del club txuriurdin, el tercer extranjero.
Llegó a la institución donostiarra en junio de 2006 procedente de Colo-Colo, firmando por cinco temporadas y costandole a la Real 1,5 millones de euros. Su primera temporada la empezó como suplente, en favor de Asier Riesgo, pero tan solo tardó 7 jornadas ligueras en quitarle el puesto de titular. La primera campaña en Donostia fue desastrosa, ya que el equipo descendió a Segunda División. Sin embargo, la afición y la prensa lo “salvaron” de la mala dinámica, y fue premiado como el mejor realista del curso por Teledonosti. Además acabó quinto en la carrera por el premio Zamora (29 goles encajados en la misma cantidad de partidos disputados).
Época en Segunda, tocaba luchar
A Bravo se lo vinculó con algún equipo de la división de oro, dado su gran rendimiento, pero decidió cumplir su contrato y se quedó con el equipo en una de sus peores etapas. Aún así, en la primera temporada en Segunda el chileno fue suplente de Riesgo nuevamente, y acabó sin disputar ni un solo partido liguero con el equipo acabando cuarto.
La temporada siguiente la suerte le depararía un mejor camino, y Riesgo partió al Recreativo de Huelva en calidad de cedido, por lo que el puesto era suyo. Aquella temporada fue una de las mejores para él, y al término de la misma fue elegido como el mejor portero de la categoría por los propios entrenadores que la componían, además de alzar el trofeo Zamora con 0,88 goles promedio encajados por partido. También batió un récord: registró 451 minutos sin encajar ningún gol en Anoeta como local, por lo que superó al mítico Alberto que dejó su meta imbatido durante 447 minutos en la 1998/99.
Sus actuaciones lo cotizaron al alza en el mercado, por lo que el interés de grandes clubes como Real Madrid, FC Barcelona y Valencia CF lo tuvieron al borde de la salida de San Sebastián. Pero él se quedó. La 2009/10 sería la última campaña que la Real disputaría hasta hoy en Segunda División, en la que algo curioso sucedió: en los minutos finales del primer tiempo contra el Nástic de Tarragona anotó un golazo de falta desde el borde del área que le dio el triunfo a su equipo, siendo este su primer gol oficial. Sin duda una anécdota para el recuerdo.
De vuelta en Primera
Desde el ascenso el chileno seguiría siendo clave para el conjunto txuriurdin, y en las temporadas siguientes fue considerado como portero revelación en la 2010/11, mejor jugador del equipo en la campaña siguiente (evitando goles que los salvaron del descenso en varias jornadas) y uno de los jugadores más determinantes en la clasificación a Champions League del equipo, como uno de los porteros menos batidos.
Su éxito culminaría en la 2013/14, temporada en la que a pesar de no destacar como en las anteriores sí que tuvo actuaciones mérito. Una de ellas fue la que depararía su futuro: en la victoria por 3-1 ante el FC Barcelona el chileno tuvo un partido destacado, lo que despertó el interés blaugrana. Este interés se transformaría en su vuelo hacia el Camp Nou el próximo verano, dejando 12 millones en las arcas del club donostiarra.