En este nuevo año, el Athletic y Gaizka Garitano buscarán dar recompensa al buen trabajo que vienen haciendo desde que el técnico llegase al banquillo en diciembre del 2018.
2019 fue un año de transición en el Athletic Club. Sus espectaculares números le valieron para pasar de luchar por driblar el descenso a hacerlo por lograr un billete para la Europa League. Esta temporada, luchan por este último objetivo nuevamente, y se espera que esta vez sí se consiga.
El año natural comenzó con sabor agridulce en Bilbao. El hecho de puntuar en un estadio tan complicado como el Ramón Sánchez Pizjuán es digno de puntuar. Sin embargo, este nuevo pinchazo ha supuesto la cuarta jornada consecutiva en la que los leones no conocen la victoria.
Debido a ello, desde San Mamés han visto alejarse a sus rivales por la Champions League , e incluso a día de hoy se encuentra fuera de puestos europeos.
Por otra parte, a principios de este año natural, la hinchada rojiblanca tiene razones más que suficientes para ser optimista. Después de varios años en los que se vio a un equipo sin una esencia y un estilo claro de juego, la llegada de Gaizka Garitano al banquillo ha devuelto la ilusión a San Mamés.
El ex-entrenador del Eibar llegó en sustitución de Eduardo Berizzo a finales del año 2018. Por aquel entonces, tuvo que afrontar el reto de reflotar a un equipo en el que el estilo del “Toto” no había calado. El club bilbaíno vivió entonces uno de sus episodios más complicados en muchos años, con problemas para salir del descenso.
Con Garitano al mando, la estructura de juego cambió por completo. Lejos de seguir con la fracasada idea de su predecesor, el preparador vasco implantó un estilo totalmente distinto, que acabó con el equipo a punto de clasificarse para la Europa League.
Debido al sobresaliente rendimiento, nadie dudó ni de la continuidad de Gaizka ni de la de su propuesta. Con un equipo sin grandes figuras para el juego más técnico, pero plagado de superdotados para el cuerpo a cuerpo, su fútbol se basa en primar la solidez defensiva, y aprovechar la profundidad de sus laterales con alma de carrileros (Ander Capa y Yuri Berchiche). Como no, el juego en largo y aéreo comandado por Raúl García son una de los mayores peligros del club rojiblanco.
Por no hablar de Iñaki Williams. A pesar de no estar siendo todo un goleador, su incombustible labor a la espalda de los rivales está convirtiéndose en la mayor pesadilla de todo entrenador rival.
Los datos este último año son un hecho: en el último año natural, el Athletic ha sido el quinto equipo que más puntos ha conseguido (65) en LaLiga, solo dos por detrás del Valencia, nueve del Atlético de Madrid, once del Real Madrid y 24 del FC Barcelona.
Respecto a la temporada actual, aunque sus números ofensivos son bastante pobres (20 goles a favor), sus números en cuanto a goles encajados no pueden evidenciar más la eficacia que está teniendo el plan Garitano: 13 goles en contra, con la única mancha de la sangría que provocó Joaquín Sánchez en la jornada nº 16 con su “hat-trick” en apenas 20 minutos.
Con todo esto, el equipo se encuentra al término de la primera vuelta de la competición en la octava posición. Sin embargo, tienen a tan solo dos puntos al sexto y quinto clasificado (Valencia CF y Real Sociedad), y a seis al cuarto y tercero (Sevilla FC y Atlético de Madrid).
Puede que a algunos les guste más que a otros, pero lo cierto es que por ese camino el Athletic está sabiendo reciclarse. Por el camino que les marca ese estilo, han vuelto a tener una identidad, al igual que hace varios años también implantó Marcelo Bielsa. Dos estilos de juego antagónicos por completo, pero incomprensibles a la inversa teniendo en cuenta las plantillas actuales y las características de sus componentes. Dicen que un buen ataque gana partidos, pero que una buena defensa gana torneos. Evidentemente, el objetivo de los leones no es el título de Liga. Pero, por qué no ilusionarse con una hipotética clasificación para la Champions League, o al menos para la Europa League.
Aunque, corrigiendo el apunte en cuanto a títulos, un año más la gran ilusión por encima de la clasificación para Europa volverá a ser lograr su título históricamente fetiche, pero que se le lleva resistiendo 35 años y tres finales: la Copa del Rey.
Para ello, será imprescindible la permanencia en el equipo de aquellos como Unai Núñez. El zaguero de 22 años está siendo tentado por varios clubes (suenan con fuerza Bayern de Múnich y West Ham) después de unos primeros meses en los que no ha contado con muchas oportunidades.
No obstante, sus últimas dos titularidades y el nuevo 1-5-3-2 con el que el Gaizka Garitano parece estar experimentando puede que haga replantearse su situación.
Por supuesto, no hay que olvidar a aquellos jugadores que volverán en junio. Cabe destacar el de Peru Nolaskoain. El joven león se está doctorando en jerarquía en Riazor, siendo uno de los líderes de un Deportivo de La Coruña que parece estar viendo la luz al final del túnel.
En definitiva, hay más que razones para que los amantes del Athletic Club afronten con fuerza y ánimo este 2020 que acaba de comenzar. Un año en el que dirá adiós a su leyenda, Aritz Aduriz, pero que, seguro, será el de la confirmación de la nueva generación que viene pisando fuerte, entre ellos Unai Simón y Oihan Sancet.
