Dark Light

Blog Post

Diario UF > Deportes > Fútbol > El Valladolid de los colombianos

El Valladolid de los colombianos

Un equipo que podía marcar una época en el Real Valladolid y, finalmente, es considerado como un fracaso absoluto

Tres jugadores que intentaron marcar una época en pucela, sin embargo, lo hicieron pero no por su gran juego, sino por ser conocidos como el Valladolid de los colombianos.

Leonel Álvarez

El primero de estos colombianos fue Leonel Álvarez, centrocampista colombiano que comenzó su carrera deportiva en el Independiente de Medellín. Tras ello, jugó en la MLS estadounidense, en el Veracruz mexicano. Más adelante volvió a su país, vistiendo los colores de América de Cali y Atlético Nacional. Sin embargo, tras esto, llegó al Real Valladolid.

En su carrera como futbolista, ha conquistado un título de la primera división del campeonato nacional de Colombia. Por otra parte, a nivel continental ganó una Copa Libertadores y una Copa Interamericana con Atlético Nacional. De hecho, durante varios años fue elegido en el equipo Ideal de América y, en 1990, siendo el tercer mejor jugador de dicho continente.

René Higuita

Los inicios de Higuita en la portería fueron muy curiosos. Hicieron unas pruebas en el Independiente de Medellín. René era un delantero goleador, pero ante la lesión del guardameta, eligieron que fuese él quién ocupase la portería en las pruebas. Desde ese momento todo es historia.

Su carrera como futbolista profesional se dieron en Millonarios, equipo en el que se fijó en otro portero, el argentino, Alberto Vivanda. Tras ello, tuvo una experiencia en el Atlético Nacional, justo antes de desembarcar en el Valladolid. En tierras pucelanas no duró mucho, pues fue una experiencia bastante negativa. Tras ello volvió al Nacional. Y, antes de retirarse, jugó también en Club Tiburones Rojos de Veracruz, en México, y en el combinado en el club Aucas de Ecuador.

Como jugador ganó dos campeonatos nacionales de Colombia con el Atlético Nacional. A nivel continental conquistó, también con Nacional, una Copa Libertadores y dos Interamericanas. Y, en cuanto como jugador, dos presencias en el mejor once de latinoamericanos, así como dos veces tercer mejor jugador del continente.

Carlos Valderrama

Probablemente el jugador más reconocido, históricamente, de estos tres. Un prolífico mediocentro que comenzó su carrera futbolística en el Liceo Celedón, un modesto equipo de su tierra. Sin embargo, debutó, de forma en el Unión Magdalena. Ante el buen juego mostrado en dicho equipo, fichaba por Millonarios, sin embargo, ante los pocos minutos de los que disfrutaba, acabó saliendo con destino Deportivo Cali.

De hecho, desde el equipo de Cali, dio su salto al fútbol europeo, firmando por el Montpellier francés. En 1991, llegó a la ciudad pucelana dispuesto a defender los colores del Real Valladolid. De hecho, fue el último de los colombianos en ingresar en la entidad blanquivioleta, pues ya estaban en sus filas René Higuita y Leonel Álvarez. Asimismo, el entrenador, Maturana y un preparador físico, también eran colombianos.

Tras la travesía europea, volvió a su país, para jugar en el Independiente de Medellín y Atlético Junior. Tras esos dos equipos, decidió irse a Estados Unidos para finalizar su carrera como futbolista. En cuanto a trofeos se refiere, es de los más laureados de la historia del país cafetero. Por una parte, con el Montpellier, conquistó una Copa Francesa. Y, con Junior, dos trofeos de la primera división colombiana. Asimismo, una infinidad de trofeos individuales.

La temporada no podía comenzar de la peor forma. Tras haberse disputado cuatro jornadas, el Valladolid estaba situado en la última posición, con un total de cero puntos en su casillero. Para colmo, tras una más que decepcionante primera vuelta, los tres colombianos vieron como perdían importancia y, con ello, la titularidad.

Después de unas 29 jornadas en las que el Valladolid no conseguía salir del pozo de la última posición, despidieron al entrenador, Matunara. Pero, cuando parecía que la cosa no podía ir a peor, la institución vallisoletana comenzó a tambalearse. Hubo impagos a la plantilla y el descenso fue inevitable.

Sin duda alguna, fue un año, cuanto menos, decepcionante. Pero, fue un equipo que poseyó a algunos de los mejores jugadores de la historia del país cafetero. Un Valladolid para el recuerdo, aunque no de la mejor forma.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *