Era 2011 cuando sucedió la mirada más recordada del fútbol moderno mientras que Barcelona y Real Madrid disputaban la final de la Supercopa
Retrocediendo a aquellos tiempos cuando los clásicos entre Real Madrid y FC Barcelona eran de los más vistos, en esos tiempos, se capturó una de las imágenes más recordadas de los clásicos. Una imagen que recuerda como eran aquellos partidos llenos de garra, de tensión, de furor. La foto de la final de la Supercopa en la que ningún jugador de terreno de campo era protagonista. Un empleado de club que presencio como todos veían los clásicos de esa época, Francesc Satorra, conocido también como “The Observer”, fue el verdadero protagonista.
Terminó la temporada regular de 2011 y la pretemporada inició para todos los equipos españoles, teniendo en cuenta que el 14 de agosto esperaba la cita de la Supercopa. El ganador de la Copa del Rey, Real Madrid y el ganador de La Liga, FC Barcelona, se enfrentarían a partido doble para que solo uno se llevase el titulo veraniego. Un duelo histórico que enfrentaba a los mejores jugadores del futbol reciente, Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Aun así ninguno de ellos fue el titular de los periódicos.
La ida en el Bernabéu
14 de agosto de 2011, llegaba el primer partido. En el terreno de juego, lo habitual, dos equipos a un nivel completamente diferente del resto. Dos equipos con jugadores estelares que llamaban la atención de todo el mundo, daba igual en que competición o situación se encontrasen. Siempre que había un clásico, era sinónimo de entretenimiento puro y duro. Para el primer partido, ninguno se guardó nada y muestra de eso fue como el partido se abrió en el minuto 13 con un gol de Özil que se quedó a solas contra Víctor Valdés tras una jugada lateral. Las ocasiones no cesaron por parte de ningún club y el primer partido terminó con un empate, 2-2, dejando todo abierto para el Camp Nou.
La vuelta en Barcelona
Tres días después de esa disputa a tal nivel, llegaba el partido del desempate, el partido de la discordia, pero que clásico no lo era… Durante el partido, la calidad de los jugadores de ambos clubes quedó patentada. Goles por doquier y sobre todo, tensión hasta el último minuto. Los “blaugranas” se adelantaron con un gol de Iniesta(min15) y Cristiano Ronaldo(min20) respondió, Leo Messi rompió la diferencia(min44) pero Benzema la igualó(min81). Al final, después de todo un partidazo, Leo Messi rompió el marcador por íltima vez en el 88 y el partido quedó 3-2, el Barcelona se llevaba el título, pero todavía quedaban minutos de juego.
Ante la impotencia del Real Madrid al no poder hacer nada en los pocos minutos restantes, se creo la situación perfecta para que se diese la foto que resumía los clásicos de la época. El balón corría por la banda, entre un banquillo y otro, cuando Marcelo, totalmente fuera de la jugada, entró por detrás de segada a Cesc Fábregas, causándole la expulsión al lateral brasileño. Y por todos los nervios guardados hasta entonces, la tanga que a tantos les gustaba y a otros tantos no, se originó. Mientras que los jugadores protestaban entre ellos, apareció un José Mourinho, calmado, tranquilo, que se acercaba a Tito Villanova. Las cámaras no dejaron de grabar ni un momento y entonces, en un acto en el que se dejo llevar por sus instintos, le pellizco. El portugués le metió el dedo en el ojo al entrenador del aquel entonces FC Barcelona. En ese instante, para además de las pruebas graficas, se constató las pruebas del empleado “culé”, que se encontraba parado, enfrente de lo que ocurría. Entonces, se creó la magia y la instantánea de Mourinho, Villanova y “The Observer” pasó a la historia.
