La derrota del martes frente al Broose, complicó aun mas la temporada del Bilbao Basket, quedándose al borde de la eliminación de Champions
La temporada del Bilbao Basket no esta siendo la esperada. Tan solo 4 victorias en 18 partidos de Liga Endesa, tienen al equipo de Mumbrú en la penúltima posición. Una temporada, donde parecía que su participación en la Basketball Champions League, podía dar alegrías a la afición bilbaina. Sin embargo, la tercera derrota cosechada en la competición, deja a los hombres de negro al borde del abismo. Solo una victoria por mas de 9 puntos, frente al Karsiyaka dejaría vivo al Bilbao Basket en la competición europea.
Una ambición excesiva que pasa factura
Nada esta funcionando en las filas del conjunto de Bilbao. Se preveía un año duro, con varios cambios en la plantilla y la falta de su afición. Sin embargo, tras quedar quintos en la temporada regular del curso pasado, la ambición de la actual temporada, era muy alta en la capital Vizcaína. Tal fue así, que el equipo optó por disputar esta temporada la Champions, con esperanzas de volver a poner el nombre del equipo en Europa.
Sin embargo, tras una única victoria en los 5 primeros partidos de liga, se empezó a poner en duda si disputar la competición Europea era una buena idea. Una predicción, que se hizo realidad en las dos primeras jornadas. Dos derrotas ante Broose Bamberg y Pinar Karsiyaka, que desde el principio complicaron mucho su andadura. La dinámica se mantuvo, y Mumbrú, comenzó a ver como los problemas de lesiones, y la no adaptación de ciertos jugadores hacían mella en la plantilla.
Las dos victorias ante el Bolonia, un espejismo
Con las lesiones de Balvin, Serron y Rigo, con la rescisión de contrato de Aaron Jones y Moses, y con las recientes incorporaciones de Huskic y Miniotas, el Bilbao Basket llegó al partido clave frente al Fortitudo Bologna. El primer match ball los salvaron los de Bilbao. El segundo partido frente a los italianos, llegó tras una importante victoria en liga ante el Fuenlabrada. Aquel encuentro, con autoridad, el Bilbao Basket, se impuso por 82-54. La contundente victoria, parecía abrir esperanzas en Bilbao.
Sin embargo, el equipo en ningún momento de la temporada ha llegado a carburar por completo. Las llegadas de Jenkins y Aminu, han dado algo de aire fresco al equipo. Pero de nuevo las lesiones, han hecho estragos, y los dos últimos partidos los ha tenido que jugar sin bases, por las bajas de Hakkanson y Rousselle. El joven Betolaza tuvo que ponerse manos a la obra frente al Valencia en liga, y lo propio hizo en Champions frente al Broose. No obstante, fueron dos escenarios demasiado difíciles y con demasiada responsabilidad para el canterano, que a penas había dispuesto de minutos durante la temporada. Además, para colmo, el bilbaíno, sufrió una lesión de tobillo, sumada a la de su compañero, Kljajic. Dos nuevas lesiones, para un Bilbao Basket gafado con las lesiones de tobillo.
Un partido mas, el Bilbao Basket volvió a ser inferior a su rival y un partido en el que iba igualado, lo perdió en tan solo 6 minutos con un parcial de 21-0. Demasiado castigo para un equipo, que le están afectando demasiado los constantes cambios, y que no encuentra el camino para pelear los partidos.
La Champions, un arma de doble filo
El último partido ante el Karsiyaka, se antoja clave para salvar la temporada. Un encuentro, en el que deberán activar todos los sentidos, ya que deberán ganar por mas de 9 puntos para seguir avanzando en la competición. Aun así, la continuidad en Europa, puede ser un arma de doble filo. Su mala situación en liga, y el peligro constante del descenso, requieren de toda intensidad, concentración y forma en la competición doméstica. Una condición, en la que la participación en otra competición podría afectar.
