Los hombres de Oriol Alsina lograron empatar en el Municipal de Llagostera por 3 a 3 ante el Hércules y son nuevo equipo de 1ª RFEF
Absoluta locura la que se vivió en el día de ayer en el Municipal de Llagostera. Tras una temporada de mucho mérito, el conjunto de la pequeña localidad gerundense de 8000 habitantes se jugaba un nuevo hito: meterse en la Primera RFEF. Para ello, debían sumar puntos ante un Hércules que, en caso de victoria, se metía en Primera RFEF. Las revoluciones del partido iban a ser altísimas desde el calentamiento. No obstante, los almogávers presentes en el Municipal se encargaron de que dichas revoluciones fueran azulgranas.
Desde primera hora de la mañana, la gente animó a los jugadores. La llegada de los buses ya fue espectacular y la venta de entradas también, por lo que se esperaba un ambiente de gala. Tras todo un año animando desde sus casas -o desde la valla del feudo almogáver-, la afición local quería apoyar a los suyos de cara a la cita y a la consecución del logro. En cuanto saltaron los jugadores al terreno de juego, el Municipal de Llagostera fue una olla a presión.
Y parece que eso lo notaron los jugadores del Llagostera. Salieron al césped artificial de su campo con una marcha más que los visitantes. En el 9′, Andreu Guiu puso el primero en el marcador para desatar la locura en el Municipal de Llagostera. Se llegaría al descanso con esta victoria por la mínima, pero los almogávers querían más y en el 54′ Sascha con su cabeza pondría el segundo tanto. Por si fuera poco, el máximo anotador del Llagostera, Sergio Cortés, dejó el 3 a 0 en el marcador cuando se cumplía el 64′ de partido. La afición estaba completamente asombrada y contenta ante lo que estaba viendo.
Pero como en la vida almogáver nada es fácil, el Hércules apretó para darle la vuelta al electrónico. Los visitantes sabían que era difícil, pero en el 84′ habían logrado anotar el 3 a 2. Tras mucho pelear, en el 89′ metieron el miedo en el cuerpo de los almogávers, pues Benja empató el encuentro. Sin embargo y después de un tiempo añadido de muchísima tensión, el colegiado pitó el final que desató la locura en el Municipal de Llagostera. El equipo local era de Primera RFEF y había que celebrarlo.
Todos los futbolistas del Llagostera se juntaron en el centro del campo con parte de la afición y, tambor en mano, celebraron el hito como debían. Como era de esperar, se manteó al capitán del barco, Oriol Alsina, que ya acumula 9 ascensos como técnico de la UE Llagostera. Las celebraciones se alargarán algún tiempo, ya que este «ascenso» de los almogávers es un hecho totalmente histórico para el pueblo y el pequeño -pero a la vez enorme- club catalán.
Sin lugar a dudas, lo conseguido por el humilde club gerundense tiene muchísimo mérito. Como bien comentó el entrenador, Oriol Alsina, deberían estar luchando cada campaña por no bajar, pero llevan unos años haciendo milagros. La afición almogáver y el propio club ya se preparan para vivir una temporada histórica -otra más- en la historia del Llagostera.