Van Bommel ha mantenido los buenos números defensivos del equipo la temporada pasada, llevando a los lobos a ser el equipo más seguro de la Bundesliga
Los «lobos» siguen creciendo a pasos agigantados tras su magnífico papel la temporada pasada. Con Oliver Glasner en el banquillo el equipo sajón logró clasificarse para la Champions League como cuarto clasificado. Ese equipo estuvo marcado por el compromiso colectivo, la magnífica eficacia defensiva (siendo el segundo equipo más seguro de la Bundesliga por detrás del RB Leipzig) y los goles de Wout Weghorst. Ahora el nuevo Wolfsburgo de Van Bommel apunta más lejos, pero sin olvidar lo que ha llevado a los lobos a disfrutar del sueño europeo.
Oliver Glasner trabajó muy duro para encontrar el sistema que más se adaptase a su filosofía basada en la organización ofensiva y defensiva. Primeramente el conjunto sajón arrancó la Bundesliga con un sistema 4 – 4 – 2, que con el tiempo se fue transformando en 4 -1- 4 -1, 4 – 3 – 3 y estableciéndose finalmente un 4 – 2 – 3 – 1. Aquella formación permitió que el conjunto estuviera bien protegido en defensa con la presencia de Schlager y Arnold en el doble pivote, además de permitir una mejor conexión entre los atacantes. Nada más aterrizar en Alemania, el técnico neerlandés adapto este sistema a su filosofía de juego de toque, pero sin descuidar la labor defensiva.
Grandes resultados, pero un juego pobre
Con las bases bien asentadas, un estilo definido y un sentimiento ganador común Van Bommel arrancaba su temporada como técnico con buen pie. Las dos primeras 2 jornadas el equipo lograría sumar los 6 puntos, pero aún así mostraba ciertas dudas. A pesar de enfrentarse contra rivales más sencillos a priori como son Bochum y Hertha de Berlín, el Wolfsburgo mostró cierta pasividad en su juego y problemas de cara a puerta. Mientras el conjunto verdiblanco sorprendía con su dificultades de cara al gol, en defensa se mostró un nivel excepcional.
Las siguientes jornadas el equipo dio un paso adelante mejorando el nivel de su juego, que conllevarían a la consecución de grandes objetivos. Las victorias ante Leipzig y Greuther Furth aupaban al Wolfsburgo a la primera plaza del campeonato alemán. Pero este gran momento quedaría eclipsado por los encuentros ante Lille y Eintracht, que finalizarían en empate y con un papel pobre por parte de los lobos.
El debut de Champions ante el Lille estuvo marcado por el acierto del portero belga del Wolfsburgo, Koen Casteels. El guardameta dio una exhibición frenando los continuos ataques franceses. Afortunadamente para el equipo alemán, el partido acabaría en empate y el grupo se quedaría igualado con todos sus equipos con 1 punto en el casillero.
Poco después del gran esfuerzo en tierras galas, el equipo sajón recibía al Eintracht de Frankfurt de Oliver Glasner. El partido fue muy igualado por ambas partes, aunque el Wolfsburgo tuvo mayor número de ocasiones. Pese a todo ello el equipo verdiblanco no fue superior a su rival y acabó el encuentro empatando a uno.
Mal balance en ataque compensado con una buena defensa
El equipo a mostrado ser un equipo muy sólido en defensa, pero extremadamente necesitado en ataque. Actualmente el Wolfsburgo acumula tan sólo 7 goles a favor por los 4 goles encajados en 7 encuentros esta temporada. Estos grandes números defensivos, le convierten en el equipo menos goleado de toda la Bundesliga. El gran momento de una zaga compuesta por Lacroix, Rousillon, Bornauw y Mbabu, choca con el mal momento goleador de los dos máximos artilleros del equipo la temporada pasada como son Weghorst y Ridle Baku.
Ahora Van Bommel deberá ajustar el ataque, donde tiene gran artillería con Waldschmidt, Steffen, Ludebakio, Weghorst, Philipp y Ridle Baku. Por otra parte la defensa tiene que mantener el buen estado de forma por el que pasa, con el gran liderazgo de el talento francés Maxence Lacroix.
