En la última semana, Lopetegui ha dado dos titularidades sorprendentes a Munir, las cuales ha aprovechado con un gol
La historia de Lopetegui con Munir es difícil de entender. Desde la llegada del técnico a Nervión, el marroquí nunca se ha asentado como un fijo. Es más, en muchos momentos ha estado en el ostracismo. Siempre ha ido por rachas. Podía encadenar tres titularidades y desaparecer un mes de las convocatorias. Nunca han salido a la luz problemas internos que hayan podido tener entre ellos, incluso Lopetegui siempre ha alabado la actitud del jugador. Después de varias jornadas, Munir debutó hace tres semanas en Granada y el pasado fin de semana salió de la partida ante el Levante. Si la relación entrenador-jugador va por tramos, ahora se encuentra con la ‘flecha hacia arriba’.
Munir, rendimiento asegurado
El denominador común de la intrahistoria es que Munir siempre es un jugador que ofrece un buen rendimiento y saca a pasear su instinto goleador. Desde que llegara a Sevilla en enero de 2019 de la mano de Joaquín Caparrós, Munir ha jugado 4.438 minutos como rojiblanco, en los cuales ha participado directamente en 30 goles (23 goles y 7 asistencias). Es decir, el ex del Barça marca o asiste cada 147 minutos que juega. Unos números de crack. ¿Cuántos goles llevaría de ser un habitual?
¿Por qué no se asienta?
Lopetegui destaca por ser inflexible en su sistema. Es cierto que ha venido probando con tres centrales o con un 4-2-3-1, pero nunca ha cambiado su idea de jugar con sólo un punta. Munir es un jugador de posiciones ofensivas, pero no de posición fija. No es un 9 referencia como le gusta a Julen ni tampoco un extremo incisivo, eléctrico o que pueda actuar como cuarto centrocampista. Dónde más ha rendido, lo demostró en el Alavés, es acompañando a un delantero fijo, con libertad por dentro. Y Lopetegui no usa este esquema. Es la razón por la cuál entra y sale.
A pesar de ello, ya se han visto sus números. El Haddadi es un jugador querido por la afición. Detrás de Navas, es el que más tiempo lleva en la plantilla. Ha tenido la oportunidad de salir en cada ventana de traspasos en busca de continuidad, pero su idea siempre ha sido y sigue siendo triunfar en el Sevilla. Entrena como el que más y lleva el gol en la sangre, ingredientes que encajan con el Sánchez-Pizjuán.
