Tras la derrota del Barça de ayer contra el Athletic en Copa (4-2) y la enésima debacle de Xavi, la necesidad de una construcción real sobrevuela el club
La cantera, baluarte real y necesario de la precaria situación del club
Ya van años de eslóganes futuristas en Can Barça; “estamos en construcción”, o “esto es un proyecto a largo plazo”, han sido argumentos en prensa de todos los estamentos del club, aunque el crédito parece haber acabado. Los fichajes, insuficientes, no han aportado el plus de inmediatez que ciertas incorporaciones presuponían. El Barcelona, en una situación económica muy precaria, no ha encontrado en el mercado aquello que buscaba.
La Masia, referente durante décadas de la correcta formación futbolística, ha brindado grandes talentos tanto en el Barça en sí como en otros clubes tras su marcha. Ahora más que nunca, suben generaciones potentes que piden paso a gritos, sobre todo viendo la fracasada realidad del primer equipo. Xavi, que ya ha hecho debutar a 15 canteranos, ha sido valiente en ese aspecto pero siempre parcialmente, ya que no le hemos visto nunca desbancar a pesos pesados y confiar en la auténtica juventud.
Sin armas para recurrir al mercado invernal, la solución está en casa
Si de verdad el club quiere llegar a esa fase de construcción y recuperar su identidad nacional e internacional, es el momento de la demolición. Recuerden que la llegada de Guardiola tuvo como antesala las marchas de Ronaldinho y Deco – y casi las de Eto’o- pilares indiscutibles en aquellos momentos hasta la fecha. Si es el momento de cambiar realmente de ciclo, ahorrar y poder ir tapando los enormes agujeros económicos que vive la entidad – el peligro de ser una SAD es cada día más real- es el momento de confiar la realidad y el medio plazo a la cantera.
Hay esperanza en lo que viene
Desde el innegable talento y electricidad de Lamine Yamal, hasta la seguridad y temple de Pau Cubarsí – ambos jugadores de 16 años-, pasando por Fort, Fermín, Guiu… hay motivos para creer que son base y sustento suficiente para recuperar al club, haciendo ventas dolorosas pero necesarias y paliar así, el asfixiante yugo que vive la tesorería blaugrana.
Sea cual sea el desenlace, y con un fútbol cada vez más especulativo y feroz en los mercados, la solución parece estar en casa. Y si no, que se lo consulten al Athletic…
